Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

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Area Vocacional 2001-02: Sacerdotes: Entrevista a Vicente Ferrer poco antes de su Ordenación.

 

 

 

ENTREVISTA

A Vicente Ferrer Andreu

Un miembro de nuestra comunidad a un paso del sacerdocio

El pasado 23 de abril, Vicent Ferrer fue instituido diácono en el Seminario de Moncada y el 29 de junio será instituido sacerdote. Éstas son sus últimas reflexiones antes de dar este paso decisivo en su vida.

 Después de estos seis años de formación en el seminario el día 23 fue un día importante para ti, ¿Cómo lo viviste? ¿Qué significado tuvo?

No sólo el día 23, sino también toda la preparación a esta ordenación: ejercicios espirituales, la promesa al celibato, la incardinación en la Diócesis y la preparación en el seminario. Es un día esperado, pero cuando llega te desborda, te ves pequeño ante esa grandeza que el Señor pone en tus manos.

De todos modos, destacaría dos momentos que los viví con un gran gozo: el principal la “Imposición de las manos del Obispo", donde das gracias a Dios por haberse fiado de ti. Ante la inseguridad de poder realizar este ministerio, te fías y piensas: "Él sabrá lo que hace". Luego, la "Letanía de los Santos", cuando postrado ante el altar y ante toda la asamblea hay una acción de gracias por la familia y por las personas que han influido en tu vocación. Pides que, por medio de todos los Santos, te ayuden a realizar con amor este ministerio.

 

¿Cuál es tu análisis de tus años en el Seminario?

El seminario es una etapa intensa de formación intelectual, humana y espiritual, pero, sobre todo, es una etapa de encuentro íntimo con el Señor. Han sido seis años felices para mí, aunque con dudas y dificultades que me han servido para reafirmar la vocación. El convivir día a día con 91 compañeros más no es fácil, pero te educa a saber compartir o perdonar, y sobre todo te enseña a configurar tu corazón de Pastor, que después tendrás que desarrollar en la comunidad que el Señor te envíe.

Tengo que destacar mi última etapa de formación pastoral en la Parroquia de Santa Teresa Jornet de Valencia, a su párroco por su ejemplo de vida consagrada al Señor y a la comunidad por su cariño y por todo lo que he aprendido de ellos.

 

Tu vocación es un proceso pensado y rezado. ¿Quién y qué situaciones te ha ayudado a decir sí al Señor?

Desde pequeño he tenido esta inquietud vocacional, pero por comodidad y por miedo a renunciar de muchas cosas he buscado excusas que han ocultado el camino que el Señor quería de mí. Pero el Señor nunca se cansa e insiste por medio de signos y medios que marcan tu decisión final.

Es verdad que soy una persona privilegiada, mis padres me han planteado el ser sacerdote como una forma de vida llena de felicidad, como una opción más. Otro medio importante fue los sacerdotes y nuestra comunidad, especialmente el Movimiento de Jóvenes, en el que he crecido en la fe, he celebrado y he podido configurar y discernir lo que el Señor quería de mí.

Todo comenzó cuando la parroquia por medio de D. Miguel me pide que me dedique al campo de los toxicómanos. El lema era "Sal al encuentro del pobre", y así lo hice. Después de meditar y rezar, este contacto con el mundo de la marginación me hizo decir "Sí" al Señor. El convivir con estas personas te hace estar más en unión con el Señor, necesitas del Señor diariamente para poder llevar a cabo esta labor.

 

Un diácono-sacerdote pertenece al mundo y vive con la sociedad. ¿Cuál es tu compromiso como joven diácono y pronto sacerdote con el mundo?

Al sacerdote le corresponde vivir totalmente los valores del Evangelio en medio del mundo. Mirando la sociedad actual, mi compromiso debe ser vivir un estilo de transparencia de Cristo, dejando de lado las apetencias personales, ser una persona tolerante incluso con los que me rechacen, saber escuchar, pero, sobre todo, acompañar a la gente que está falta de una palabra de aliento y de amor. Como sacerdote tengo que ser Buen Pastor, que nunca abandone a las ovejas e incluso que las conoce y que vaya delante de ellas abriendo caminos e incluso apartando peligros. El mundo me pide que sea un instrumento de paz y amor, dando a Cristo como verdadero camino de felicidad.

 

La obediencia al Obispo, el celibato, la pobreza... ¿Cómo lo vives?

Son promesas que no se deben dejar para el final. Cuando entras en el seminario ya te las debes de plantear. La necesidad de formar una familia es muy importante, pero para un joven aceptar el celibato como forma de vida, aunque no es fácil, es una entrega sin límites al Señor y a los demás. Te ayuda a unirte más a Cristo y a la comunidad, por medio de la oración.

La obediencia a mi Pastor debe ser con humildad y entrega. El Obispo es la figura plena de Cristo en la Iglesia diocesana. Es como un padre que te tiende la mano, te ayuda y te orienta en tu misión.

La pobreza del sacerdote tiene que ser una entrega generosa al Señor. Las riquezas que el sacerdote acumula son las experiencias de Dios día a día y las recompensas que el Señor te da es una vida llena de amor y felicidad: “Dar a conocer el Evangelio de Cristo al mundo". Todo esto es posible desde la oración, el encuentro con el Señor.

  

5 DE JULIO: VICENT FERRER REALIZARÁ SU PRIMERA MISA EN NUESTRA PARROQUIA

”Más que pedir, le doy las gracias por los momentos compartidos con todos. Dios me ha bendecido con una gran parroquia y con unos grandes sacerdotes a quienes les debo parte de mi vida. Doy gracias al Movimiento de Jóvenes y les pido que recen para que surjan nuevas vocaciones. No tengáis miedo a abrir el corazón al Señor. ¡Una comunidad sin vocaciones no es una comunidad viva!”.

De esta bonita forma, Vicent Ferrer se refería a nuestra comunidad en una de las preguntas que le hicimos para su entrevista. Este agradecimiento suyo, será seguro correspondido por todos en los días claves de su ordenación. Apuntemos: sábado 29 de junio a las 11:00 en la Catedral de Valencia será ordenado sacerdote por el Arzobispo de Valencia y el viernes 5 de junio a las 19:30 presidirá su Primera Misa Solemne en nuestra parroquia. Todos estamos invitados.

Un miembro muy querido de La Asunción será ordenado sacerdote y todos estamos de enhorabuena, por él y por nuestra comunidad, y así lo acompañaremos: “Os invito a todos a que participéis conmigo y con mi familia en mi ordenación y en mi primera eucaristía. Cuento con vuestra oración. Un abrazo”.

 

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