Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

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Área Vocacional: Sacerdotes

 

EN EL SACERDOCIO: Algunos cristianos reciben el sacramento del orden, que les capacita para ser sacerdotes, en nombre de Jesucristo:

-         Imitar con su vida el ejemplo de Cristo Buen Pastor

-         Reunir a la comunidad, mantenerla en la unidad y orar por ella.

-         Alimentarla con la Palabra de Dios.

-         Fortalecerla con los sacramentos.

 

 

El sacerdote es el hombre que respondiendo a la llamada del Señor actúa en nombre de Cristo Buen Pastor, haciéndolo presente en medio de la comunidad al presidir en el amor la parroquia, proclamar la Palabra y celebrar los sacramentos. El sacerdote es “para vosotros sacerdote” porque actúa en nombre del Buen Pastor, pero “entre vosotros” un cristiano que necesita de una continua conversión. Como decía san Agustín, entre vosotros cristiano, para vosotros sacerdote.

El sacerdocio es un ministerio,  un servicio que tiene, la misión de ser puente, llevar a los hombres, sus hermanos, hacia el Padre, desde la oración, el acompañamiento personal, los sacramentos y la Proclamación de la Palabra.

Es también el enviado de la Iglesia para que todos los hombres de una feligresía vivan en Cristo y con Cristo.

 

LUCES

 

El sentirte llamado para consagrar toda tu vida al Señor.

El poder ser presencia de Dios, acompañando en nombre del Señor a los miembros de una comunidad en la vida diaria y en los acontecimientos extraordinarios.

 

El ser llamado a ser medio para ayudar a los hombres a encontrarse con el Señor, sirviéndoles el Cuerpo de Cristo, su  perdón...

 

El poder vivir el ministerio desde una concreta y hermosa fraternidad sacerdotal en la parroquia y en el arciprestazgo.

 

 

SOMBRAS

 

Ver la distancia que hay entre Aquel al que representas y tu vida, pensando que eres obstáculo para muchos que no se encuentran con Cristo por culpa tuya.

 

El tener que realizar funciones no propias del ministerio cuando para las propias no tienes: Orar por la comunidad, visitar enfermos, dedicar tiempo a la confesión, estar presente en los ambientes más alejados...

 

El vivir a causa de la tradición y algunas de nuestras actitudes actuales una iglesia clericalizada donde eres “el otro”, “todo tiene que pasar por ti”...

 

Al estar liberado para la misión, muchos te consideran el funcionario de lo sagrado, como si el único consagrado fueras tú, y los demás hicieran favores que no les corresponden.

 

 

 

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