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Revista: Número 78, Junio 2004
EDITORIAL
En verano: ¿Qué hacemos con Dios?
¿Lo aparcamos y ya nos encontraremos con Él cuando volvamos al principio del nuevo curso? Para algunos el verano, por el calor, las vacaciones y el ambiente de abandono general, les relaja su fe y su moral cristianas; dejan de participar en la Misa Dominical, no asisten a ninguna reunión y no aparecen por la parroquia durante los tres meses de verano.
Y la verdad es que, por suerte para nosotros, Dios no se va de vacaciones nunca, ni en verano ni en invierno. Y la parroquia, la casa de la gran familia cristiana, cambia los horarios, pero tampoco se cierra nunca. Ni la vida del cristiano, ni la de la comunidad parroquial, se pueden paralizar. Cuando dejamos de alimentarnos, morimos.
Pero el verano también puede vivirse con otro talante cristiano, mucho mas enriquecedor. El verano, vivido en un clima mas relajado, ofrece nuevas posibilidades de encuentro con Dios y con los demás, que no tenemos durante el curso. Podemos leer algún libro de formación, colaborar en algún campamento, visitar a alguna persona que sabemos que está sola, hacer el camino de Santiago, participar algún día de semana en la Santa Misa, hacer ejercicios espirituales o algún día de retiro.
El verano es un tiempo de vacaciones para reponer fuerzas y mejorar nuestra condición de personas libres y responsables, que a veces el estrés del curso nos puede estropear. Ciertamente que este verano puede ser distinto. Vale la pena intentarlo.
Como ya es tradicional, el acto final del curso parroquial es celebración de la asamblea final de curso. Un momento para agradecer a Dios en comunidad las luces y sombras de estos meses.
Será el próximo sábado 19 de junio. A ella estamos invitados los que pertenecemos a la familia de La Asunción. Es decir, se nos espera a todos.
A las 20:15 es su acto central: la eucaristía. Es importante la asistencia, la plaza debe estar llena y la participación alegre e intensa.
Luego, como siempre, cena con risas, recuerdos, anécdotas... y los niños del junior amenizando la velada con sus habituales play-back's.
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Jesús Girón Izquierdo ha estado con nosotros durante dos años realizando, durante los fines de semana, su actividad pastoral. El pasado mes de marzo fue ordenado diácono, y el próximo 26 de junio será ordenado sacerdote. Hemos querido que compartiera con nosotros cómo ha sido y cómo ha vivido estos dos años de su formación pastoral.
¿En qué ha consistido exactamente tu actividad pastoral?
De lunes a viernes he vivido en el seminario y estudiaba en la facultad de teología, así que ha sido en los fines de semana y vacaciones cuando he podido compartir un poco de todo: reuniones, acampadas, campamentos, retiros, visita de enfermos, fiestas, aniversarios o celebraciones. Ha sido especialmente importante la celebración de la eucaristía, que es, en el fondo, lo que ha dado sentido a todo lo demás.
He estado con casi todas las áreas de la parroquia, aunque con algunas más que otras, especialmente el grupo de misiones y el de cantos.
Ya como diácono, en estos dos últimos meses he podido, además, comenzar a celebrar algún sacramento como el bautismo y el matrimonio.
¿Qué es lo que más te ha gustado o ayudado de todo lo que has hecho?
La verdad es que todo me ha ayudado mucho, pues supone salir del seminario y conocer la realidad de una parroquia muy rica en actividades, en participación, en celebración... una comunidad viva.
A veces la formación del seminario se queda en algo teórico y abstracto. Me ha ayudado mucho el poder aterrizar en la vida concreta de un pueblo, una comunidad y conocer de cerca la realidad.
¿Qué es lo que más te ha costado?
Al principio me asustó la cantidad de actividades, reuniones, celebraciones y vuestro ritmo de vida tan intenso. Vaya, todavía me cuesta, pero ya no me pilla de sorpresa (se sonríe). Me costó asimilarlo, me venía grande conocer a las personas por encima de los grupos y las reuniones.
Yo vengo de una comunidad parroquial más pequeña y familiar, y aquí todo es "a lo grande". Me ha costado ordenar mi tiempo, encontrar momentos para charlar y compartir a nivel más personal con la gente que me encontraba a lo largo del día, ha sido una sensación de ir siempre con prisas.
¿Cómo has ido superando esas dificultades?
Pidiendo al Señor que me diera luz para saber discernir en cada momento lo que quería de mí, lo que los demás podían necesitar, priorizando algunas cosas, relativizando otras, y, sobre todo, aprendiendo a amar la realidad que tenía delante, la que el Señor me había regalado.
A veces uno quiere llegar a todo y no puede. Pensamos que somos imprescindibles, y en el fondo el único imprescindible es el Señor, y él sabe muy bien cómo apañárselas cuando tú ya no llegas.
¿Cómo ves las cosas después de dos años?
Me parece que fue anteayer cuando llegué por primera vez a la parroquia para presentarme a D. Miguel y D. Javier. Ha sido un tiempo muy intenso e importantísimo para mi formación sacerdotal.
La primera vez que entré a un Consejo Pastoral les pedí que me ayudaran y enseñaran a ser sacerdote, pues no tenía ni idea. Hoy, doy gracias porque he aprendido mucho, de la gente y de los sacerdotes.
¿Ha sido importante, entonces, la presencia de los sacerdotes?
Importante no, fundamental. Ha sido lo que más me ha ayudado.
Supone compartir con ellos no sólo lo que hacía sino cómo lo hacía y cómo lo vivía. Como os decía antes, hay muchas cosas que no se aprenden en el seminario. Su testimonio de vida, su aliento o su ejemplo me han ayudado mucho a la hora de concretar cómo vive un sacerdote su vocación.
Han sido dos verdaderos maestros. Me ha ayudado especialmente ver cómo dos sacerdotes (y todo el equipo arciprestal) tan distintos, por edad o carácter viven en comunión, comparten, crecen y se enriquecen con las diferencias para trabajar juntos en un proyecto común: la misión de llevar a Dios a una comunidad, celebrando los sacramentos y la Palabra.
¿Cómo valorarías, para concluir, esta experiencia?
La Asunción ha sido un verdadero regalo para mí. He descubierto la misión de un sacerdote en medio de una comunidad, compartiendo la vida sencilla de cada día, escuchando a la gente, ayudando a vivir y celebrar los sacramentos, anunciando la Buena Noticia de Jesús y viendo cómo todo eso tenía mucho que decir en la vida concreta de las personas y de la comunidad.
Me ha ayudado a salir de mí mismo, para estar pendiente de los otros y, sobre todo, me ha ayudado a vivir al ritmo de una comunidad, siendo para ellos un sacerdote pero, a la vez, con ellos un cristiano más que intenta responder cada día a la vocación y misión recibida de Dios.
Después de estos dos años, lo único que puedo decir es gracias por haberme ayudado a descubrir cómo vive un sacerdote, cómo puedo ser yo sacerdote.
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NI DIOS SE VA DE VACACIONES, NI LA PARROQUIA CIERRA SUS PUERTAS
Algunas maneras de vivir plenamente el verano encontrándonos con Dios
El verano o las vacaciones, tanto para la vida cotidiana como en el aspecto espiritual, se pueden afrontar con distinta actitud personal.
Por un lado, con la absurda teoría de que significan días de no hacer nada. Entonces, serán días vacíos, absurdos y desaprovechados.
Pero, por otro lado, podemos darle un sentido nuevo y útil. Aprovechémoslos para descansar de manera activa, es decir, cargar las pilas, pero usando ese mayor tiempo libre para un nuevo encuentro con Dios y el prójimo.
LA PARROQUIA NO SE DETIENE
Evidentemente, la cita con el verano no concede la gracia de apartar nuestra cita con la eucaristía. El Señor nos sigue esperando los domingos en el altar. Es absurdo pasar un año acudiendo a la eucaristía y en verano concedernos un descanso.
Si se veranea fuera de Torrent, no hay lugar que no tenga una Iglesia cercana. Si estás cerca de la parroquia recuerda los horarios: entre semana a las 7:30, 9:00 y 20:00; los sábados a las 8:00, 9:30 y 20:15 y los domingos a las 9:30, 13:00 y 20:00. De la misma manera, se continua con el habitual rezo de laudes, del Santo Rosario o celebrando el sacramento de la confesión.
Además, las áreas bajan su ritmo pero no se paralizan. La mayoría, en los meses de verano empiezan a preparar los objetivos del curso venidero. Secretaría parroquial seguirá abierta al público para cualquier consulta los martes, miércoles y jueves (mañanas de 9:00 a 10:00 y tardes de 19:00 a 21:00) en julio y los jueves en agosto. Lo mismo ocurre con otros servicios básicos como Cáritas o Inmigrantes.
LA RELIGIOSIDAD POPULAR
En verano encontramos también dos celebraciones importantísimas para nuestra comunidad cristiana.
La primera se celebra el 30 de julio, con la festividad de los Santos Patronos de Torrent Abdón y Senén. Se trata de vivir las fiestas patronales desde su versión más primigenia (como lo hacían nuestros antepasados): dando gracias por los frutos del año, por la convivencia en la comunidad y el municipio y uniendo en una sola procesión todo el espectro de Torrent. Destacar también en estos días, la presencia activa de los moros y cristianos, quienes desde su folklore no pueden olvidar a quienes presentan su ofrenda con sus fiestas y actividades.
Más tarde, el 15 de agosto, nuestra comunidad se reunirá en torno a su titular, La Asunción de Nuestra Señora, veneración que da carácter y sentido propio a nuestra parroquia. No por ser verano, podemos pasar por alto el ejemplo de María al asumir el camino que Dios le tuvo preparado sin dar excusas, con convicción y humildad. Su subida a los cielos nos muestra que estamos también llamados a la santidad.
UN OCIO DIFERENTE
Durante julio y agosto, al hallarse lejos de nuestro ambiente y obligaciones habituales, puede servir para afrontar nuestro compromiso evangelizador desde otra perspectiva y lugar. Estemos donde estemos, se nos llama a vivir nuestro ser cristiano, siendo testigos y altavoz de lo que creemos.
Igualmente, podemos aprovechar para orar y reflexionar sobre nuestro ser personal, disfrutar de una cultura crítica o lecturas formativas.
No tiremos a la basura estos días de ritmo pausado con banalidades. Puede que la tranquilidad y el silencio sean el momento propicio para encontrarnos cara a cara con Dios.
PIE DE FOTO 3: Dios nos sigue esperando cada domingo en la comunión
PIE DE FOTO 4: Los Santos Patronos: el pueblo reunido ante sus protectores
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Ha llegado el momento...
Todo el año esperando una cita en el verano...
Unos días que nunca se olvidarán...
...son los campamentos.
La forma más global de vivir el ser cristiano
El curso parroquial supone meses y meses de actividades, celebraciones, encuentros, reuniones, juegos... pero, curiosamente, el mes de junio no significa un parón para catequesis, juniors o juveniles, sino que es el punto y seguido hacia el encuentro más completo y directo con Dios: el campamento de verano.
Se trata de unos días en los que disfrutar de la compañía de niños y jóvenes de la misma edad, contacto con la naturaleza, aprender a valerse por sí solos, jugar, divertirse, celebrar lo aprendido durante el año... son días maravillosos que quedaran guardados en la memoria de los que acuden.
Benagéber: un campamento confortable
La parroquia, desde hace muchos años, asume la gestión de los campamentos como algo muy serio. Aparte de establecer los objetivos, actividades o ambientaciones desde un punto de vista cristiano; se coordina de una manera profesional.
Un consiliario estable, educadores y cocineras tituladas, seguro para imprevistos, zona vallada, médico cercano, un comedor enorme, buena higiene, agua caliente, atención constante... como si fuera una empresa profesional.
Pero, lo mejor de todo, es el precio. Imposible encontrar tanto (y buen) servicio por tan poco. Además, si tu economía sufre con el gasto del campamento, la parroquia te ayuda con becas.
La decisión está en tus manos
Todo ésto no tendrá sentido si los niños no acuden. Excusas hay muchas, pero, lo cierto es que se trata de una oportunidad irrepetible. Vívela.
AHORA TE TOCA A TÍ DECIDIR
BUSCA TU TURNO Y APÚNTATE!!!
CATECISMO II-III
Fechas: 21 al 27 de junio
Precio: 63 €uros
CATECISMO I
Fechas: 25 al 27 de junio
Precio: 33 €uros
JUNIORS
Fechas: 5 al 15 de julio
Precio: 110 €uros
JUVENILES
Fechas: 9 al 19 de julio
Precio: 110 €uros
JÓVENES
Fechas: 1 al 11 de agosto
Lugar: Peregrinación a Santiago
(Camino del norte)
Precio: 160 €uros
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