Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

Inicio

Indice

 

 

Área de Liturgia: Rituales, Penitencial Comunitaria

 

Penitencial Comunitaria de la Reconciliación

Monición

      En este camino cuaresmal, hoy nos reunimos como comunidad para recibir la fuerza de Jesús, una fuerza que se manifiesta en nuestra debilidad, que nos levanta, y nos grita ¡VIVE!, la fuerza de su amor que nos posibilitará celebrar las fiestas de la Pascua donde junto a toda la Iglesia reconoceremos a Cristo vivo y resucitado en su palabra y en la fracción del pan, proclamaremos nuestra fe en la Resurrección y renovaremos nuestras promesas bautismales, por las cuales estamos llamados y posibilitados a vivir como hombres nuevos.

 

      Vivamos con ilusión esta celebración en la cual por el sacramento del perdón  seremos reconciliados con Dios y con nuestros hermanos.

 

Canto

 

Saludo del celebrante

      La gracia y la paz de Dios Padre y de Jesucristo, el Señor, que se entregó a si mismo a la muerte, por nuestros pecados, este con todos vosotros.

                                                                                                          Y con tu espíritu

 

Oración

Oremos, hermanos, para que con Dios, que nos llama a la conversión, nos conceda la gracia de una verdadera y fructuosa penitencia.

 

        Todos oran durante algunos momentos.

Luego, el sacerdote recita la siguiente plegaria

 

Dios Padre Bueno, que nos has reunido en nombre de tu Hijo para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie. Abre nuestros ojos para que descubramos el mal que hemos hecho; mueve nuestro corazón, para que, con sinceridad, nos convirtamos a ti; para que, restaurado tu amor en nosotros, resplandezca en nuestra vida la imagen de tu Hijo que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén

 

 

Canto Interleccional

 

 

 

Liturgia de la palabra

 

Lectura del Santo Evangelio según S. Juan

 

      En aquel tiempo Jesús se retiró al monte de los olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo y todo el pueblo acudía a él, y sentándose, les enseñaba.

      Los letrados y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y colocándola en medio, le dijeron: - Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en fragante adulterio. La ley de Moisés nos manada apedrear a las adúlteras: tú ¿qué dices?

      Le preguntaron esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo. – El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra. . E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.

      Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo unos a uno, empezando por los más viejos, hasta el último. Y quedo solo Jesús, y la mujer en medio, de pie. Jesús se incorporó y le preguntó: - Mujer, ¿dónde están tus acusadores?, ¿Ninguno te ha condenado?.

      Ella contestó: - Ninguno Señor.

      Jesús dijo: - Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.

 

Palabra del Señor

                                                                                        

Homilía 

 

Confesión general de los pecados

     

Recordando, hermanos, la bondad de Dios, nuestro padre, confesemos como comunidad nuestros pecados.

 

        (La Asamblea puede responder con una antífona cantada:

“La misericordia del Señor,  Perdona a tu pueblo...  u otra que se juzgue oportuna)

 

Ø      Tú, que no rehusaste convivir entre publicanos y pecadores. -  Canto

Ø      Tú, que pusiste sobre tus hombros la oveja perdida y la llevaste al redil.-  Canto

Ø      Tú que no condenaste a la mujer adúltera, sino que le concediste ir en paz. - Canto

Ø      Tú, que llamaste a la conversión y a una vida nueva a Zaqueo, el publicano.- Canto

Ø      Tú, que prometiste el paraíso al ladrón arrepentido. - Canto

Ø      Tú que estás a la derecha del Padre, para interceder por nosotros. - Canto

 

      Ahora, como el mismo Cristo nos enseñó, oremos todos al padre para que perdonándonos las ofensas unos a otros, nos perdone él nuestro pecados:

                                                                      

Padre Nuestro

 

      Oh Dios, que has dispuesto los auxilios que necesita nuestra debilidad: Concédenos recibir con alegría los frutos de tu perdón y mantenerlos con una vida Santa.

 

Confesión y Absolución individual

 

Mientras los penitentes se confiesan,  es conveniente crear un ambiente de reflexión, por medio de algunas lecturas, cantos y silencio. Es muy importante que no se lea todo seguido ya que entonces distraerá más que ayudará.

 

Monitor A: Un padre tenía dos hijos y el menor le dijo

 

Monitor B: Dame mi libertad para buscar lo justo, para luchar por la paz, para liberar a los demás, para elegir lo bueno, para ser responsable, para amarte y compartir la vida contigo.

 

Monitor A: Pero cuando tuvo la herencia, el hijo marcho lejos de su Padre...

 

Monitor B: Soy libre y nadie me va a imponer nada, me he ganado mi dinero, y puedo hacer lo que quiera, gastar mi vida en lo que me apetezca, soy libre y no voy a consentir que nadie se ponga en mi camino, que mi padre me diga lo que tengo que hacer, quiero ser feliz a mi manera...

 

Monitor A: Cuando destruyó la herencia, cuando se sintió vació, cuando descubrió lo que había hecho,  pensó volver a su padre pero le daba vergüenza

 

Monitor B: Perdón padre, por haberme encerrado en mi egoísmo por haberte visto como mi enemigo, por no haber descubierto la felicidad que viene de ti, perdón por haber despilfarrado mi vida mi tiempo y dinero, en cosas que me han dejado vacio.... 

 

Canto y tiempo de silencio largo

 

Monitor C: Dame mi herencia, dame mi cuerpo para comunicarme, para sentir alegría y pena, para sentir gozo aunque también dolor, para ayudar a los demás, para trabajar, estudiar, abrazar, besar, querer...

 

Monitor A: Pero cuando tuvo la herencia, el hijo marcho lejos de su Padre...

 

Monitor C: Mi cuerpo es mío y hago lo que quiero con él, lo vendo al amo que más me halaga: a la pereza, a la gula, al sexo, al alcohol, al que me haga sentir más...

 

Monitor A: Cuando destruyó la herencia, cuando se sintió vació, cuando descubrió lo que había hecho,  pensó volver a su padre pero le daba vergüenza

 

Monitor C:  Perdón padre por buscar mi comodidad, por no poner al servicio de los demás lo que me has dado, por encerrarme en mí mismo, por intentar llenarme de aquello que se que nunca me ha llenado, por haber perdido lo que con tanto cariño tú me entregaste para ser feliz y hacer feliz al los demás.

     

Canto y tiempo de silencio largo

 

Monitor D: Dame mis pensamientos para comprender, para pensar bien, para descubrir cosas nuevas, para juzgar rectamente, para buscar la verdad. Dame mi palabra para bendecir, para decir la verdad, proclamar la Buena Noticia de tu amor.

 

Monitor A: Pero cuando tuvo la herencia, el hijo marcho muy lejos y malgastándola

 

Monitor D:  Soy libre y pienso y digo lo que quiero de los demás, conmigo lo hacen, yo tengo derecho a opinar, a mi no me calla nadie. Tampoco pasa nada por comentar lo que todos saben, es divertido y no hacemos mal a nadie...

 

Monitor A: Cuando destruyó la herencia, cuando se sintió vació, cuando descubrió lo que había hecho,  pensó volver a su padre pero le daba vergüenza

 

Monitor D:  Perdón Padre por mis rencores y mis celos, mis envidias, por las piedras que he arrojado criticando o burlándome, no siendo capaz de apreciar lo bueno que el otro tiene, no reconociéndote en el otro.

 

Canto y tiempo de silencio largo

 

Acción de gracias por la misericordia de Dios

        Una vez todos se han confesado,  o si es tarde el que preside sube al altar y continua la celebración

     

El Señor esté con vosotros ---- Y con tu espíritu

Levantemos el corazón ----   Lo tenemos levantado hacia el Señor

Demos gracias al Señor nuestro Dios -----   Es justo y necesario

 

En verdad es justo y necesario darte gracias, Señor, Padre santo,

porque no dejas de llamarnos a una vida plenamente feliz.

 

Tú, Dios de bondad y misericordia, ofreces siempre tu perdón

e invitas  a los pecadores a recurrir confiadamente a tu misericordia.

 

Muchas veces los hombres hemos quebrantado tu alianza;

pero tú en vez de abandonarnos, has sellado de nuevo con la familia humana,

un pacto tan sólido,  que ya nada lo podrá romper.

 

Y ahora, mientras ofreces a tu pueblo un tiempo de gracia y reconciliación,

lo alientas en Cristo para que vuelva a ti,

obedeciendo más planamente al Espíritu Santo

y se entregue al servicio de todos los hombres.

 

Por eso, llenos de admiración y agradecimiento por la reconciliación

unimos nuestras voces a las de los coros celestiales para cantar la grandeza de tu amor

y proclamar la alegría de nuestra salvación.

 

Santo

 

Rito de Conclusión

 

El Señor esté con vosotros - Y con tu espíritu

 

La bendición de Dios todopoderoso,  Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre vosotros y os acompañe siempre. - Amén

 

El Señor ha perdonado vuestros pecados, Podéis ir en paz  -   Demos gracias a Dios.

 

Canto Final

 

Inicio

Indice