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¿CÓMO ES LA JUVENTUD HOY? |
Al
hablar de la juventud de hoy, hemos de comenzar afirmando que no existe una
cultura, valores y aspiraciones específicamente juveniles, sino que ésta se
enmarca dentro de la cultura propia de la sociedad occidental de final de
siglo, y que es imposible hablar de juventud pensando que es uniforme. Por este
motivo hemos querido resumir las conclusiones del primer capítulo del «Informe
Sta. María» sobre los jóvenes Españoles de 1999, en el cual se divide a los
jóvenes en cinco tipos:
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Los anti-institucionalistas: son
el 5% de la juventud y se distinguen de los demás por justificar las formas de
comportamiento violento y tener una confianza muy escasa en cualquier tipo de
institución (iglesia, estado, enseñanza, ejército, etc.). Conceden menos
importancia a la familia, al trabajo y a la vida digna, no participan ni de la
religión ni de la política y son los que menos contentos dicen de estar con la
vida.
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Los altruistas-comprometidos: son el 12,22%;
se caracterizan por colaborar en ONG o/y en instituciones religiosas. Se
preocupan más de la moral social que de la individual-personal. Le conceden
mucha importancia a la familia, al trabajo, a llevar una vida moral digna, a
los estudios y a formarse profesionalmente; son los que menos valoran el hecho
de ganar mucho dinero y se sienten contentos con la vida.
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Los retraídos sociales: el 28,3% de los jóvenes se
sitúan en un segundo plano de las corrientes y hábitos de la juventud; son los
que menos estudian, leen, van a coloquios, etc. Resulta difícil decir qué es
importante para ellos en la vida.
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Los institucionalistas-ilustrados: son el
29,67%. Se distinguen por tener gran confianza en las instituciones públicas,
vivir una moral personal muy fuerte y preocuparse por el mundo de la cultura.
Se sitúan en el centro político y se sienten más cercanos de los valores laicos
que de los religiosos. Son los que más contentos dicen que están con la vida.
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Los libre-disfrutadores: son el 24, 68 % y se distinguen
por ver la esencia de la vida en «pasarlo lo mejor posible» y «andar por
libre», viven en las grandes ciudades, llevan dinero siempre en el bolsillo, le
dan mucha importancia al tiempo libre, al ocio y al fin de semana y son
vitalmente anti-instucionalistas; son, después del primer grupo, los que menos
contentos dicen de estar con la vida. Se sitúan a la izquierda política y se
acercan a valores «pseudo-religiosos», mágicos y esotéricos.
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