Parroquia Asunción
de Nuestra Señora de Torrent
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Área de Matrimonio y Familia: Novios, Reuniones Bloque IV
¡Os vais a casar. !
Pronto os vais a casar, y la
lista de cosas que tenéis que hacer y que quieren que hagáis aumenta por
momentos, sin querer el tiempo se os echa encima y podeis vivir momentos de
gran agobiopor eso es importante que dediquemos una reunión para ver las cosas
con tranquilidad y reflexionar sobre el sacramento.
Lo
más importante es la realización del sacramento.
Recordar que en vuestra boda, lo
más importante, es el sacramento; Lo demás debe ayudar a resaltar ese momento,
pero aveces lo puede eclipsar.
En teoría eso lo tenemos
claro, pero: ¿Cuánto tiempo, fuerzas,... ocupamos en la preparación, reflexión...
del sacramento y cuanto en el resto de cosas? Sin querer y con mucho cariño e
ilusión vamos haciendo del sacramento un expectáculo (¿y sí le pusieramos, y sí
viniera, y sí? ?).
Decir que lo más importante es
el sacramento nos debe llevar a concretarlo en el tiempo empleado.
... No os dejéis llevar por
"lo que toca" y preparar una Boda centrada en lo que es:
La
manifestación en medio de la comunidad,
del
amor de Dios que os va a unir para siempre
Carácter
sagrado del matrimonio
El matrimonio, ha recibido de
Cristo, una dimensión sabrenatural, al significar y representar la unión entre
Cristo y la Iglesia, en definitiva el amor fiel y total que Dios tiene al
hombre. De esta forma al querer Jesús que el matrimonio hablara del amor que él
tiene por su Iglesia, le ha regalado la gracia para que realmente pueda
representarlo.
¿Qué quiere decir esto?
Vais a recibir por el
sacramento la gracia necesaria para:
Vivir
la llamada que por el bautismo teneis a la santidad
Vivir
en plenitud los fines del sacramento.
Esto os abre a una nueva
relación entre vosotros, ya no solo os une vuestro amor, sino el de Dios. A
partir de este momento se abre una nueva dinámica, que solo vivireis si sois
capaces de ir abriéndoos a ella, y si le dejaís día a día recibireis la gracia
y el maor para poder vivirlo.
Por lo tanto por el sacramento
se os llama a participar de la santidad de Dios (primera y fundamental vocación
del cristiano) que debe quedar reflejada en varias exigencias.
Reconocer
que participan de la unión de Cristo y la Iglesia
Mantener
y manifestar en sus vidas la realidad de esa unión
Cooperar
con Dios en la transmisión de la vida
Dar
testimonio esperanzador de la posibilidad de vivir en el amor. , viviendo su
unidad e indisolubilidad.
Haciendo
que el matrimonio perfeccione la relación con Dios
Transformando
el mundo
El
sacramento de la Iglesia
Por esta razón, el sacramento
del matrimonio como todo sacramento no es algo "mio", es el regalo
que Dios ha dado a su Iglesia, y a mí como parte de esa Iglesia. Y solo se
entenderá en plenitud si lo vivo dentro de mi ser comunidad concreta.
Vosotros vivis vuestra fe
dentro de una comunidad parroquial, con su forma de ser, de celebrar, de
preparar... como en toda familia cada una tiene su peculiar estilo, sus
costumbres, sus formas... pero es mi familia, mi parroquia... Vuestra boda, no
puede ser un paréntesis en la vida de la comunidad. En definitiva vuestra
celebración enriquece la vida diaria del caminar de la comunidad o la frustra.
Esa comunidad que ha compartido con vosotros tantas cosas,
celebra sobretodo la fidelidad y el amor de Dios, que hoy se manifiesta en
vuestras vidas. Por lo tanto recordad que el protagonista es "La fidelidad
y el amor de DIOS" en el seno de esa comunidad.
Hay que buscar que la comunidad viva la celebración dentro
de su camino de encuentro y amor con Dios, y que ya desde la celebrarción,
vosotros seais ese signo claro del amor que Dios nos tiene.
No tiene por lo tanto sentido
montar una celebración a "mi" manera, ya que así solo haré que señalar
mi desintegración con la comunidad que camina: Si en "mi" boda los
cantos son totalmente distintos, las flores totalmente desproporcionadas, me
molestan los signos que la comunida tiene, me busco quien me celebre... acaso
no estoy señalando la distancia ante mi comunidad
Preparar
la celebración.
Es necesario, que prepareis
con ilusión la celebración, que la receis, que os pongais delante de Dios, que
la celebración sea manifestación de lo vivido con y en Dios. Lo ideal sería que
leyerais juntos toda la revista, rezarais las lecturas, elijierais una, a
partir de esa redactarias las moniciones, preces, acción de gracias. y una vez
elegido y redactado todo (lecturas, monicioes, preces...) os fueseis algún día
a un monasterio, Santuario, casa de ejercicios (El alter, Sto Espíritu,....), a
algún rincón especial para juntos rezar la celebración.
Es importante que involucreis
a vuestros invitados, ¡ a vuestra comunidad! En la celebración, que lean, que
la preparen, que vean que lo más importante para vosotros es el sacramento...
motivad a los invitados más "alejados", id creando ambiente... (en
otras cosas sí sois capaces de hacerlo...)
La Iglesia que es sabia solo
da jurisdicción para ser testigo del matrimonio a los curas de vuestra parroquia,
si viene otro, debe ser autorizado por ellos por escrito.
El sacerdote ni ha elegido a
la comunidad ni vosotros a él, desde la fe, más allá de (lo bien o mal que
caiga) es el que está en nombre del Señor: el que prepara la mesa de la
Eucaristía, perdona los pecados, acompaña en el día a día, y es puesto por Dios
en vuestra vida.
Es importante que en un
momento como este le hagais partícipe. En algunos casos es justificable la
presencia de otro sacerdote, pero desde la fe, quien está en nombre de Dios en
tú vida (más allá de amigo, famila... es tu cura), y por lo tanto, aunque no te
case hazle partícipe del momento que como cristiano está viviendo
(comunícaselo, aveces con todo el lio ni se lo has dicho personalmente; los
expedientes hazlos siempre en tú parroquia; revisa la celebración con él...).
El que te aguanta día a día, tambien tiene su corazón y quiere compartir
contigo ese momento tan importante.
5- El sacramento del Perdón
de Dios.
Algo muy importante para ese momento, es el ser capaces de
parar delante de Dios y celebrar de forma extraordinaria el sacramento del
perdón de Dios.
No puede ser una confesión
más, no se trata de cumplir con el expediente, sino de ponerse delante de Dios,
reconociendo el amor que nos ha tenido y que nos posibilita para dar este paso,
y la respuesta que hemos tenido ante todo lo que se nos ha dado.
Es importante descubrir las
asperecezas que la gracia quereis que os lime. Es importante empezar esta nueva
etapa estrenando nuestro ser hombres nuevos, reconciliados con Dios y con la
Iglesia y dispuestos a que el amor de Dios nos inunde.
Por eso os recomiendo:
Prepararos bien el sacramento
de la Reconciliación, dadle tiempo a la preparación y al sacramento (no lo
dejeis para lo último, luego siempre hay mil cosas que hacer...), leer con
tranquilidad y meditad lo siguiente:
Dad
gracias a Dios por lo que os ha dado a lo largo de vuestra vida.
Dios
ha estado presente siempre en vuestras vidas.
Pensad
cual ha sido la relación que habeis tenido con Él. ¿Quién ha sido para vosotros?,
¿Lo habéis tenido en cuenta?, ¿Habéis disfrutado de su amistad?, ¿Habéis usado
su nombre para blasfemar?, ¿Habéis celebrado el domingo como el día del Señor,
participando de la misa? ¿Cúanto hace que no le hablais de vuestra vida, como
un hijo habla a su padre o un amigo a su amigo?, ¿Cuánto hace que no os habéis
reconciliado con él?,
Dios
nos ha dado personas que nos han ayudado a vivir y madurar
¿Cuál
ha sido mi relación con mis padres y hermanos, he sido capaz de demostrarles el
cariño que les tengo, o he ido a la mía?, ¿He sabido estar atento a las
necesidades de los demás?, ¿Me he aprovechado de los otros? ¿Me llevo bien con
la gente, tengo rencor, envidia, o no me hablo con alguien?, ¿Estoy reñido con
alguien?, ¿Me preocupo por los más necesitados?
Dios
me ha dado un montón de cualidades, de virtudes,...
¿Las
pongo al servicio de los demás, o las uso para mi orgullo y desprecio de los
otros?, ¿Sé controlarme, o hay cosas en mí que son más fuertes que yo y que me
cuestan... (genio, vicios, tristezas...?, ¿ Me preocupo demasiado de mi cuerpo,
lo uso para mi placer?, ¿Tiendo a no aceptarme como soy, queriendo adelgazar
como sea, frustrado y avergonzado por mi cuerpo? ¿Con mi forma de ser o mis
reacciones hago daño a los demás?
Dios
ha creado el mundo y lo ha puesto a nuestra disposición.
¿Cómo
uso de las cosas?, ¿Soy consumista, comprando por comprar?, ¿Vivo por
tener?.¿Siento envidia de los que tienen más que yo?, ¿Comparto las cosas,
descubriendo que más que propietario soy administrador?
6- La Celebración
Es fácil que al realizar la
celebración caigamos en cosas que nunca hubieramos pensado: estar atentos.
Ser "de la
parroquia" no es pegar el "esclafit", ni tener todos los
derechos (el Evangelio parece que va por otro lado), sino demostrar en los
momentos más importantes de nuestra vida, quien es el que nos mueve.
¿Recordais?
Nacio
pobre en Belen, Escogió a los más sencillos, Compartió sus bienes, hizo la
voluntad del Padre, supo descubrir a Dios en lo pequeño, lavo los pies...
¿ De verdad que las muchas
flores, los grandes coros, el gran banquete... (pongase lo que corresponda),
son signo del Dios de Jesucristo?.
Desde el Concilio La Iglesia
ha subrayado que la Eucaristía es un momento de celebración comunitaria que no
se "oye", se participa. Esto cuesta que se viva, pero hay cosas que
ayudan:
El
ambiente previo que logreis crear.
Que
todo ayude a contemplar a Dios, y no a vosotros.
Ojo
con los vestidos, lujosos, escotados y faltos de tela.
Que
puedan seguir la celebración y participar en "TODOS" los cantos
Quien
lea, que lo haga claro.
Que
la normalidad y sencillez de la celebración ayude a disfrutar.
7- Y Despues...
El sacramento es algo que Dios
regala para vivir más en profundidad la santidad.
El fruto de vuestro matrimonio
es sin duda alguna la unión más directa y fuerte con el Señor y con su
voluntad, por ello:
Rezar
juntos desde el primer día, compartir vuestra relación... ¿recordais que a
partir de la boda os une Él?
Abrid
vuestra casa a los demás, que no sea una torre de marfil, impenetrable.
Como
matrimonio, poneos a disposición de la comunidad pàrroquial, como al que mucho
se le ha dado...
Abríos
a la vida, con responsabilidad, pero con seriedad. Los hijos son un don de
Dios, no molestan, ni vienen a robar nada... no os hagais egoistas.
Contagiaros
lo positivo que tenéis, no lo negativo.
Poned
a la familia de Nazaret como modelo de vuestra familia...
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