Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

Inicio

Indice

 

 

Área de Matrimonio y Familia: Novios,   Reuniones Bloque III

 

PROYECTO DE PAREJA

 

LAS FAMILIAS RESPECTIVAS

 

            Siguiendo con nuestro proyecto de pareja, intentaremos abordar un nuevo tema que quizá sea incluso anecdótico, pero nos parece importante a la hora de plantearnos una vida juntos.

            Siempre que surge en un grupo de parejas jóvenes da pie a jugosas conversaciones en las que se mezclan la ironía y el sentido del humor, en el mejor de los casos.

            En otros, el tema pasa del campo de lo trivial a ser abiertamente conflictivo. Un juez de familia, contaba que, según la experiencia de lo que él veía en el juzgado, la primera causa de separaciones matrimoniales es la intromisión de los padres respectivos en la vida de los recién casados. ¡Y muy probablemente lo hacían con la mejor intención!

            Todos somos muy sensibles al modo en el que nuestra familia es recibida –somos y seremos siempre uno de ellos, aunque no vivamos ya juntos-. Por el contrario, las peculiaridades y defectos de “la otra” nos saltan a la vista: “en tu familia son un poco raros, ¿no?” es una frase corriente. Por eso es un tema difícil de tratar “sobre la marcha”; nos ponemos rápidamente a la defensiva, dispuestos a saltar ante cualquier comentario en el que encontramos casi siempre un cierto tonillo “ofensivo”.

            Por todo ello, lo mejor parece ser intentar hablar del tema lo más fríamente posible: no cuando ya ha surgido un roce – el enfrentamiento es entonces seguro: mejor dejarlo- sino en un momento tranquilo, con grandes dosis del mejor aliado en este tema: el sentido del humor. El primer paso es conocer “juntos” a las dos familias. Ir introduciendo a tu pareja en los ritos, personajes o  manías de tu propia familia es una forma de “redescubrirla” desde dos actitudes fundamentales: el cariño hacia ellos y el sentido del humor. Una cierta dosis de autocrítica nos ayudará a relativizar las cosas y a ser capaces de asumir sonriendo sus “pequeños defectos” –porque alguno, aunque sea sólo uno, tendrán-.

            Todos tenemos una habilidad especial para identificar rápidamente el punto flaco e incluso grotesco de la familia del otro. Y es cierto. Pero también lo es que si en vez de observar a “los otros” con mirada crítica, nos dirigimos a ellos poniéndonos en el lugar de nuestra pareja, para la que son tan importantes, e intentamos comprenderles desde ahí el resultado será completamente distinto. Quizá no lleguemos a ser un hijo más, pero sí algo bastante parecido...

            Se trata de buscar el equilibrio –no siempre fácil- entre la participación en la vida de las familias de origen y la creación progresiva de un ámbito propio de intimidad, de la propia dinámica de “nuestra familia”.

           También en este tema hay una cuestión “previa” a tener en cuenta, a la que bajo ningún concepto podemos renunciar: en todos estos temas es conveniente que los dos aparezcamos  cara al exterior “como un bloque”, siempre unidos. Aunque luego en casa haya que discutir lo que sea necesario, es mejor no dar pie a que se creen disensiones dentro de la pareja que puedan ser aprovechadas como punto débil en un momento dado: “tu marido/mujer te ha separado de nosotros, porque tú sí querías..., tú ya hubieras hecho... si no llega a ser por él/ella...” Ése es un riesgo que, en lo posible, se debe evitar.

            Por fin, sobre las familias de origen hay un último aspecto que puede incluirse en el proyecto, aunque su realización práctica quizá no sea tan inmediata. Se trata de asumir en nuestro proyecto la vejez de los padres.

            La vida se prolonga cada vez más, pero no siempre se llega a la vejez en condiciones de valerse por uno mismo. Paulatinamente, nos damos cuenta de que ya no podemos apoyarnos en nuestros padres, sino que son ellos los que necesitan nuestro apoyo, quizá hasta el punto de tener que acogerles en nuestra casa y hacernos cargo de ellos. Es el momento de abrir un poco más nuestro proyecto y acoger en él a nuestras familias de origen, desde una nueva dimensión.

           

 

 

 

PARA LA REUNIÓN:

           

            Como habréis observado no hemos puesto “deber” para esta reunión, os preguntaréis por qué, sencillamente hemos querido invertir la dinámica para que, después de leerlo y comentarlo todos juntos a un nivel más o menos general, siguiendo eso sí la línea de participación a la que acostumbramos en el equipo, surjan después y a nivel de pareja, esas preguntas que deberíamos hacernos para poder confeccionar nuestro proyecto.

            También haremos una revisión de la oración en pareja desde la última reunión, ¿hacemos oración? ¿nos resulta fácil, difícil...?

 

 

Inicio

Indice