Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

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Área de Matrimonio y Familia: Novios,   Reuniones Bloque I

 

 

II.LA BUENA NUEVA DEL AMOR PARA LOS NOVIOS

 

 

ACOGIDA

 

     SOBRE EL AMOR Y LA AMISTAD

 

     Nace la amistad de un encuentro.

     Un amigo no se busca.

     Un amigo se encuentra.

     Encontrarse una persona significa "abrirse",

     intercambiar las recíprocas experiencias,

     entrar en relación viva,entregarse.

 

     Si te cierras, te empobreces.

     En la apertura está tu riqueza.

     Somos ricos, en realidad, de aquello que damos desinteresadamente.

     Somos pobres, por el contrario, de lo que rechazamos.

 

     Hay que prepararse al encuentro con el alma abierta,

     llena de disponibilidad.

 

     Cada amigo es siempre algo nuevo.

     Sólo podrá nacer la amistad con alguna persona,

     cuando se está dispuesto a ser amigo de cualquiera.

 

     Cuando la amistad levanta barreras,

     crea divisiones, es excluyente..., se encierra en sí misma,

     se atrofia y muere.

 

     En el encuentro hay que darse,

     hay que confiarse sin regateos.

     Cuando reflexionamos y hacemos balance,

     tenemos la presunción de "conocernos":

     no tenemos ya nada que descubrir,

     que aprender, que vivir.

     Vivimos de rentas !

     De este modo matamos la amistad.

 

     Los verdaderos amigos están siempre en camino.

     Cuando dos amigos se aman de esta manera,

     nunca se "saben de memoria",

     sino que cada uno descubre algo nuevo del otro.

     Juntos crecen

     ante Dios y ante los hombres.

 

 

 

 

LA BUENA NUEVA DEL AMOR

 

         Veamos las distintas concepciones del amor que tantos viven y nos ofrecen, y quizá nosotros mismos a veces vivimos:            

·        como utilización del otro (amarse a sí mismo)

·        como satisfacción sexual (satisfacerse)

·        como refugio afectivo, consuelo y sostén sentimental (amor infantil,egocéntrico)

·        "amor libre" o libertad de hacer lo que se quiera sin frenos morales o límites externos, más o menos impuestos (amor adolescente, querer probarlo todo...)

          Sin embargo,en nuestra experiencia cuando queremos expresar nuestro amor a alguien, decimos "te quiero", es decir, quiero que seas como tú eres, que no dejes de ser lo que tú eres, que seas como quieres ser... Por ello a las personas que amamos las "vivimos" como buenas, amables, agradables, capaces de llegar a ser lo que quieren ser...

          Más aún, amar es querer lo mejor para el otro; que le vaya bien,que tenga suerte, que alcance lo que pretende, que realice sus ideales...Por ello el amor crea optimismo, ansia de superación, apertura a los demás...

          El amor no es algo tan sencillo como muchos creen. Muchos aguardan pasivamente a que llegue porque creen que el amor es algo que acontece, sin tener que poner nada de su parte. Es un error fatal aguardar a que llegue así el amor, como una especie de "príncipe azul".

          Esta manera de imaginar el amor como un acontecimiento grandioso, hijo del destino, está muy difundida. Esperar a que llegue el amor es una postura fatídica, porque sitúa su vida y se sitúa a sí mismo en actitud espectante. El amor no acontece, sin embargo , dentro de la pasividad, sino dentro de la actividad.  

          Si es actividad es también, por tanto, una acción o conducta que puede aprenderse. En el colegio aprendemos matemáticas, física, biología, religión..., pero nada escuchamos sobre el amor, a excepción de algunos mitos y prejuicios. Está demasiado extendida la idea de que el amor no puede aprenderse porque depende del destino personal de cada uno.

          El amor es para Fromm un arte que hay que aprender sobre la práctica y no como una teoría. Erich Fromm es uno de los primeros psicólogos que ha insistido en el amor como una actividad del hombre que puede y debe aprenderse para contestar y solucionar el problema de la propia existencia humana.

          Si se quiere tomar en serio la experiencia del amor y hacer que fructifique en su vida, necesita ante todo una postura abierta y activa.

          Es importante aprender este arte del amor, pues de ello depende la felicidad en la vida de cada uno. El dinero y el consumo son, sin duda alguna, cosas bonitas a las que aspiramos casi  con fanatismo, pero pierden todo su valor y significado si las comparamos con el amor. La felicidad, la salud mental y corporal van parejas con el problema existencial del amor.Quien puede amar tiene el profundo convencimiento de que la vida tiene sentido.Quien no puede amar se siente desdichado, aún a pesar de su bienestar material.

          Vamos, pues, a intentar analizar la esencia del amor:

 

·            Amor es dedicación

         

          El amor es, en primer lugar, dedicación. Dedicación es atención, cuidado y vigilancia frente a los demás, pero no una atención crítica para descubrir las faltas, sino un cuidado atento, positivo y comprensivo. El aprendizaje va muy unido a este primer rasgo del amor. Cuanto más se dedique y más atención preste a una persona, más se sentirá que esa atención se transforma en una dedicación amorosa, llegando a un estado de amor.

          La dedicación tiene lugar no sólo frente a las personas, sino frente a todo cuanto me rodea, frente a lo que ocurre y existe en cada momento.

          La mayoría de los adultos ha perdido esta capacidad, al parecer tan sencilla, de atender a las cosas. Cuando éramos niños poseíamos en alto grado esa capacidad de atención total; por eso son los niños mucho más capaces de amar que la mayoría de los adultos. Quizá creemos saberlo todo y reducimos nuestra vida a puros esquemas para darle una mayor seguridad, y no vemos que estamos perdiendo la capacidad de atender y estar abiertos al momento concreto que vivimos.      

          Una actitud amorosa no sólo se extiende a las personas de otro sexo, sino a todo cuanto nuestros sentidos pueden abarcar. Desde este punto de vista, la persona que ama no sólo es un amante del hombre, sino de la vida en general. Uno que pretenda amar a su familia, pero destruya a otros en su oficio, sólo ama parcialmente;

sólo tiene un "hueco de claridad" en su vida porque, por lo demás, se encuentra en un estado de insensibilidad y demencia. Es más, hay que dudar que este amor parcial sea siquiera amor.

          El estar atento a lo vital es la base de la capacidad de amar. Es la condición indispensable para que pueda nacer y crecer el amor. Amar hace feliz, y cuanto mayor es la capacidad de una persona para amar a los demás y a todo cuanto le rodea en ese momento, más feliz y contenta se encontrará. Una persona que no es atenta, tendente únicamente a destruir y odiar, no puede amar, lo máximo que puede es "llevar una vida sexual". Si se entiende este principio se verá claramente el papel que le corres-

ponde a la sexualidad. Es un papel subordinado en comparación con la importancia del amor.

          Amar quiere decir prestar atención y dedicación y no, recibirlas. Recibir es un efecto secundario; es bonito en sí y da alegría, pero no es en sí la condición. El pres-

tar esa dedicación es más importante y tiene mucho más sentido que el recibirla. El dar es la capacidad para amar, y aquí es donde cada uno encontrará su dificultad. El recibir es mucho más sencillo y no necesita ninguna capacidad especial. Pero aún el mismo recibir, le resulta a más de uno difícil, cuando acepta las cosas con sentido de consumismo, sin considerar el sentido que tiene lo que se recibe; no es nada fácil reci-

bir cuando el que te ofrece no te resulta persona grata desde tu punto de vista; dejar que te quieran,a veces, tiene un precio alto y forma parte del amor, por eso también se necesita para esto una dedicación.

 

·                Amor es encuentro consigo mismo

 

              El amor entre los hombres se vuelve problemático en muchas ocasiones porque las personas siempre reclaman algo de nosotros y no sólo en la niñez, sino más tarde también cuando ya no se trata del amor de la madre, sino del de un compañero/a de vida. Esperamos poder reflejar en él nuestro propio yo y que nos indique si le agradamos o no. Puede decirnos, por ejemplo: "Tu ambición , tu elegan-

cia, tu iniciativa me gustan; pero no así tu irreflexión y tus reacciones emocionales tan rápidas".

          El objeto del amor ejerce, pues, un gran influjo en el verse y encontrarse a sí mismo. Nos sentimos definidos por los demás y queremos saber de ellos cómo somos, cómo nos ven y qué piensan de nosotros. Queremos vernos amados de nuevo por el compañero/a, como lo éramos de niños por la madre, y ajustamos nuestra conducta a las expectativas y resonancias que experimentamos. Nunca escapamos de la manipulación de nuestro yo. Dependíamos existencialmente del padre y de la madre, porque buscábamos refugio y  cobijo; dependemos del compañero del otro sexo, porque buscamos sexo, refugio, cobijo y reconocimiento de nosotros mismos. Es evidente que una manipulación queda suplantada por la otra, y que pasamos de una a otra esclavitud. Pero ¿llegamos así a encontrarnos con nosotros mismos?.

          El verdadero encuentro conmigo mismo no excluye la relación con los demás,

pero lo que no tiene lugar es preguntando a los otros lo que piensan de mí y el valor en el que me consideran. No podemos, por tanto, preguntar a los demás: ¿Quién soy yo? Debemos preguntarnos a nosotros mismos y a nadie más, porque de nosotros mismos depende quién somos y qué es lo que somos; nadie más, ninguna madre, ningún padre, ningún maestro, ningún compañero de vida puede proporcionarnos una contestación.

          Si reconocemos esto y lo vivimos, el amor cambiará. Aprenderemos a amar a las personas sin preguntar: "¿Me correspondes?¿Qué es lo que amas y qué es lo que no te agrada de mi persona? ¿Qué debo hacer o dejar de hacer para que me ames más?

             La capacidad de amar a los demás, sin preguntar, si nos corresponden, es el amor maduro de una persona autónoma, que no manipula a nadie ni tampoco quiere manipularse a sí misma. El amor maduro se funda en el propio ser, tiene seguridad propia y no busca resonancia alguna. El amor hacia otra persona es entonces contemplativo, respeta al otro y no le exige nada.

 

·               Amor es vida

 

            La capacidad de amar es la capacidad de abrirse hacia afuera y amar todo lo que fluye en mí y me llega del exterior. Muchos prefieren permanecer neutrales por miedo a los demás;  pero esto es sólo un truco, que para nada sirve.

          Quien no quiere decidirse por el amor se decide en contra de la vida, lo que se-

rá para él, desde ese momento, una lenta agonía. Sólo el que ama gana la vida. ¿Cómo puede entenderse esto?.

          El amor es un principio general de la vida. Todos tenemos que abrirnos para amar, y si me encierro en mi coraza sólo me llegará una realidad filtrada de antemano, permaneciendo todo gris y yermo. Capacidad de amar es disposición para amar, sólo así podrá progresar el amor. Tengo que dar sin ansiar nada a cambio, porque sólo así recibiré lo suficiente, pero si aspiro y ansío algo, todo se convertirá en una lucha. Si desarrollo los sentidos, podrá desarrolarse el amor. Entonces la vida es amor y el amor es vida; entonces podré mezclarme atento entre la gente y ver, oír, oler, tocar y gustar cuanto sucede a mi alrededor sin ningún prejuicio. La razón no queda desco-

nectada, pero tampoco la pongo en marcha; no necesito prejuzgar, todo acontece, se desarrolla y crece expontáneamente. Esta experiencia es una experiencia hermosa, que encierra en sí el secreto de la felicidad, esta felicidad no cuesta ningún dinero ni exige una formación especial. El amor es puro, no exige ningún atributo, vive por sí mismo y en él se desarrolla mi propia vitalidad; no hace falta ninguna añadidura, ni nada que ansiar todavía.

          Por ello, amar es querer el bien del otro:

          - el bien material (seguridad, estabilidad)

          - el bien afectivo (comprensión y dedicación)

          - el bien espiritual (diálogo, cultura, religión)

          - el bien supremo; Dios.

          Esta experiencia, aunque imperfecta, Jesús la viene a confirmar y nos revela su plenitud:" No hay amor más grande que dar la vida por los amigos..." ( Juan 15, 13).

          Amar es querer el mayor bien del otro, sacrificando los propios intereses para que el otro sea  plenamente él mismo.

          Querer el bien del otro, en una palabra, significa querer que el otro viva según lo que Dios quiere de él, es querer el bien del otro en cuanto es un bien para él. Entoces nuestro amor es desinteresado, es plenamente amor que crea en el otro la voluntad de crecer y ser. Es el  amor de amistad.

          En el noviazgo el amor de amistad, que crea libertad, tiende al mismo tiempo a que el uno sea para el otro, tiende a una unidad peculiar:

            - No es el amor paterno o materno que es creativo.

            - No es el amor filial de dependencia confiada.

            - No es el amor fraterno de solidaridad fundada en la misma sangre.

       

          Es un amor que tiende:

·                    A que cada uno de los novios "viva" en el otro; cada uno lleva en sí al otro, hasta el punto de que ya no puede vivir sin el otro.

·                    Es un amor que no se concibe a sí mismo sin el otro (es "uno" frente a los demás)

·                    Es un amor que tiende a identificar los dos en un mismo sentir y en un mismo querer, pero sin absorber, sin oprimir, sin eliminar las diferencias. Es un amor que es proceso de identificación en lo esencial, pero dejando en libertad a cada uno, más aún, creciendo en libertad que es fruto de la comunión.

·                    Esto se vive y se aprende con dificultad, con sufrimiento y con mucho diálogo...

 

          Un amor así:

·                  No se da, se construye, se crea cada día.

·                  Exige la muerte a todo egoísmo y a todo egocentrismo. Exige humildad, desprendimiento, olvido de sí, paciencia, diálogo real y sincero, fortaleza y generosidad.

·                   Exige saber decir "no" a lo que no ayuda a crecer, a ser uno mismo y decir "sí" a lo verdadero, justo y bueno.

·                   El  amor así es lucha contra el egoísmo o falso amor de sí mismo.

           Amarse realmente es propio de los fuertes, de aquellos que ejercen el dominio sobre sí.

          

         

         

 

         

    PARA LA REFLEXIÓN Y DIÁLOGO

 

 

 

   1- Sobre el texto de la acogida:

            

         ¿Cúales son los rasgos de la amistad según el texto? ¿Estáis de acuerdo? ¿En qué sí o en qué no?

         ¿Cómo entendéis y veis la relación entre amistad y amor? ¿Son lo mismo? ¿Hay diferencias? ¿Cuáles?

 

    2- Sobre el tema:

 

         Hemos visto algunas definiciones o concepciones de amor  ¿Cuáles añadiríais?

¿Qué matizaríais?

         El amor es encuentro consigo mismo...¿Tengo miedo de mis sentimientos? ¿Sé comunicar lo que siento? ¿Soy excesivamente "racional"?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EQUIPO DE NOVIOS   II

TEMA 5

TORRENT  15-10-97

 

 

 

 

AMOR Y NOVIAZGO EN LA SOCIEDAD ACTUAL

 

 

 

 

            Es indudable que los jóvenes de hoy conceden menos importancia a la institución del noviazgo, por el carácter más lúdico y menos serio que denotan sus actuales costumbres, pero ello no debe oscurecer la decisiva función que, como garantía previa para la estabilidad matrimonial futura, el noviazgo detenta.

            Los usos y costumbres han variado mucho y hoy la configuración sociológica del noviazgo difiere notablemente de aquella institución vigente hace sólo unas décadas; han decaído las formalidades del cortejo y se han acentuado otras más espontáneas funciones de diversión  o “salir juntos”, de intimidad o amistad (hoy se llaman “amigos”) y de sexualidad prematrimonial. Apenas interviene el consejo paterno y tampoco se formaliza el noviazgo ante las respectivas familias políticas de los novios.

            Así mismo han cambiado las actitudes, las preferencias o las características de lo valorado en la propia pareja: no importa ya, como en el pasado, la castidad de la mujer ni sus virtudes pasivas de recato y laboriosidad hogareña. Los novios hoy se fijan más en cualidades afectivas y románticas, prefiriendo en su pareja otros rasgos de personalidad que, para el desempeño de los futuros roles o funciones esponsales, les resultarán inútiles.

            Pero no deja de ser ridícula aquella afirmación, universalmente compartida en el occidente, según la cual: “no puede existir otro motivo para casarse que el quererse”.

            El amor romántico puede ser el gran mito, que aliena culturalmente el mayor realismo con que muchas parejas habrían de afrontar el estudio de su mutua compatibilidad en una relación de largo alcance y dificulta incluso en desarrollo amoroso hacia etapas de un amor más profundo y maduro.

            Vamos pues, a detenernos en reflexionar y caer en la cuenta de esta situación tan comúnmente admitida y que está teniendo tan serias consecuencias en los matrimonios y familias. Es más, si no ahondamos en esta concepción de amor “romántico”, todo cuanto venimos reflexionando y compartiendo puede que no sea más que un castillo en el aire, puesto que esa concepción de amor “romántico” es la que inconsciente, pero real y vitalmente, está guiando a los jóvenes que se casan.

           

            Psicología del amor romántico

            El amor romántico entre novios suele comprender tres subdivisiones:

·        La afectiva, que propicia idealizaciones, imaginaciones y fantasías sobre la persona amada.

·        La sexual, que se refiere a los aspectos del atractivo físico y del placer fisiológico del emparejamiento.

·        La cultural, que es capaz de sublimar los aspectos afectivos, carnales y físicos bajo abstracciones estéticas, espirituales e intelectuales.

            El primer aspecto suele ser el más frecuente entre los adolescentes del mundo occidental; el segundo, aunque aparece en todas las culturas desde la pubertad, y puede brotar a cualquier edad posterior, es más propio de jóvenes; mientras que el último aparece frecuentemente entre gente cultivada.

            Tal amor romántico que, en términos populares suele ser sinónimo de "enamoramiento”, habría que distinguirlo de otro tipo de amor más maduro y estable llamado por algunos como “de compañerismo”. Esta forma de amar es la que se establece entre camaradas, amigos y sería el amor que surgiría entre los matrimonios bien avenidos, una vez superada la fiebre del amor romántico, cuando la atracción marido – mujer no depende preferentemente de la exaltación emotiva ni del reclamo sexual.

            Por las características más relevantes con que los psicólogos han descrito el amor romántico cabría decir que se trata de un amor fantasioso, egoísta y apasionado. Sí, amor irreal, porque idealiza al amado sin percibirle con exactitud, bloquea la capacidad crítica del sujeto reduciéndola a parámetros más bien admirativos. Individualista porque se centra en la propia satisfacción y en la propia libertad de elección. Aunque los amantes se profesen mutuo apoyo y libertad, lo hacen en situaciones en que no están acuciados por verdaderas necesidades y exigen al otro la totalidad de entrega.

 

            Consecuencias del amor romántico

 

           Hay aspectos muy positivos en la cultura del amor romántico como son, por ejemplo, la elección del propio cónyuge, la valoración positiva de lo afectivo sobre lo económico dentro de las relaciones conyugales, y otros más. Sin embargo parece que la creencia cultural moderna, tan universalmente extendida, de que uno ha de casarse solamente cuando esté enamorado de su pareja, es responsable de muchísimas desilusiones o desencantos conyugales ya en los primeros meses de matrimonio.

            Por causa del amor pasional muchas carreras brillantes han sido abandonadas y muchos estudios interrumpidos, retrasados o suspendidos. Por amor han nacido muchos hijos sin padre o ha habido que precipitar ritos nupciales entre novios inmaduros, por causa del enamoramiento no pocos hogares se han convertido en verdaderos campos de batalla.

            He aquí algunas de las consecuencias del amor romántico:

·        La desilusión matrimonial en los primeros años de casados, que parece estar en relación directa con el fervor de romanticismo vivido durante el noviazgo.

·        La insatisfacción conyugal, muchas veces dependiente de una equivocada educación sobre el amor, o de ambientes sociales que engendraron en los amantes exageradas expectativas de felicidad.

·        El culto idealista al amor, que fomenta las fantasías de los jóvenes, minusvalorando el conocimiento realista de la pareja, de la vida familiar y de las normales dificultades que superar.

·        El incremento de divorcios que se observa entre aquellos matrimonios basados solamente en un amor apasionado e inmaduro.

            Estas negativas consecuencias se deben a la inmadurez de un proceso que no evoluciona a estadios superiores en el amor. La mejor defensa y garantía de felicidad a largo plazo la tienen solo aquellas parejas que evolucionan del amor pasional romántico al amor de “compañerismo”. Esta forma superior de amar conlleva, desde luego, menor intensidad emocional, pero el apego de la pareja se basa, no en la confusión de sentimientos, sino en un afecto amistoso, (que no excluye el atractivo sexual) y que genera, poco a poco, entre quienes comparten largos periodos de tiempo trabajando, proyectando metas, fracasando y triunfando juntos, maduros sentimientos de cuidado, mutua implicación y de sentirse a gusto en compañía.

            El amor de compañerismo es más duradero que el romántico por ser más realístico y menos fantasioso. Quizá una combinación cronológica de ambos proporcionaría el panorama duradero de felicidad conyugal a que muchos novios aspiran; tal vez el verdadero amor mezcla la atracción física, deseo sexual y apasionamiento iniciales con un apego de reciprocidad, apoyo, confianza, conocimiento íntimo e intereses comunes, factores que surgirán más tarde en el amor de compañerismo.

           Cuando una pareja aprende a vivir junta en situaciones fáciles y difíciles, comparte multitud de experiencias comunes, hace consciente sus necesidades psíquicas en el diálogo con el otro, se libera de fantasías y acude al matrimonio después de una adecuada deliberación, sin esperar del mismo una exagerada e irreal felicidad, es cuando el amor, aliado a otros factores sociológicos, producirá las más satisfactorias y duraderas relaciones.

 

 

 

 

     PARA LA REFLEXION Y DIALOGO

 

 

 

            ¿Qué dificultades y qué posibilidades os ofrece la sociedad actual para vivir el amor?

 

            ¿Cuáles son las dificultades y posibilidades más comunes que ofrece nuestro entorno a los novios?

 

 

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