Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

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Capítulo III: Una Comunidad Comprometida con la Sociedad (Siglos XIX-XX)

VI- EL CULTO Y LA RELIGIOSIDAD POPULAR

6.3- Fiestas en honor a los santos

El culto a determinados santos relacionados con el ciclo agrario continuó celebrándose durante esta etapa de la historia de la parroquia de Torrent. La organización aparece en muchos casos desligada del ayuntamiento, aunque su culto se siguió manteniendo gracias al arraigo su devoción entre los torrentinos que, bien de forma particular, o por medio de algunas instituciones que adoptaron su patronazgo, se encargaron de celebrar anualmente sus fiestas. Sin embargo el culto público a estos santos fue paulatinamente decayendo, hasta la desaparición de buena parte de estas fiestas durante la década de los sesenta. La explicación de este fenómeno podemos encontrarla en un cambio de mentalidad de la sociedad torrentina, consecuencia de las transformaciones económicas que abrieron paso a nuevas formas de vida relacionadas con la modernización y perdida de peso de la actividad agraria en beneficio del comercio y de la industria.

6.3.1- San Antonio Abad

Desde finales del siglo XVI tenemos constancia de la celebración de la fiesta de san Antonio Abad en el convento de Monte-Sión. Y hacia mediados del siglo XIX esta continuaba celebrándose del mismo modo cada 17 de enero. En el año 1853 se celebró la fiesta con misa y sermón, y procesión de parroquia al convento con retorno a la parroquia por intención del ayuntamiento y pueblo.

Durante el siglo XX continuó celebrandose la fiesta en el convento de Monte-Sión, con una misa mayor, y posteriormente se efectuaba la solemne bencición de animales en el mismo lugar. Hasta ahí acudían numerosos torrentinos con animales de tiro, perros, conejos, gallinas, para obtener de esta manera la protección del santo para sus criaturas. Había desaparecido ya la procesión celebrada durante el siglo pasado. Paralelamente se instalaba en la calle del Padre Méndez el tradicional porrat.

Durante esos años se extendió la costumbre de colocar en los establos de las caballerías un retablo de azulejos con la imagen de san Antonio Abad, con el fin de preservarlos de cualquier enfermedad.

6.3.2- San Vicente Ferrer

En el año 1853 la fiesta a san Vicente Ferrer se celebró por dos clavarios, aunque no disponemos de testimonios documentales que nos indiquen si estas clavarías todavía se designaban por acuerdo entre el rector y el ayuntamiento. El 4 de abril de 1853 se conmemoró en la parroquia la fiesta de san Vicente Ferrer con primeras vísperas, misa con sermón y tercia por la mañana, y por la tarde segundas vísperas, plática y procesión general, estando el Señor expuesto desde la salida del sol hasta la hora de la procesión, por intención de los clavarios Félix Baldoví y Pascual Mora Miquel.

El arraigo popular de esta devoción queda manifiesto en la celebración de misas en su honor en fechas distintas a la marcada por el calendario litúrgico, como es una "fiesta a Vicente Ferrer con sermón, por intención de un devoto" oficiada el 26 de junio de 1853.

Según nos indican los testimonios orales, la fiesta ha continuado celebrándose durante el siglo XX por intención de la familia Miquel, conocida a nivel local con el sobrenombre de Tricos, quienes poseían en su domicilio una imagen de san Vicente Ferrer, que llevaban en andas a la parroquia de la Asunción para celebrar la misa, regresando a la casa al finalizar el acto litúrgico.

6.3.3. San Gregorio de Ostia

El culto a San Gregorio de Ostia continuó celebrándose durante todo el siglo XIX por intención del ayuntamiento, tal y como se venía haciendo desde la etapa del barroco. Durante el siglo XX la fiesta se celebraba el día 9 de mayo, coincidiendo con la fecha marcada en el calendario litúrgico. En caso de coincidir esta fiesta con la de la Virgen de los Desamparados, la celebración se trasladaba al lunes día 10. Los preparativos comenzaban unos días antes cuando el ermitaño bajaba al pueblo y pasaba por las casas el cepillo con una estatuilla del santo para recoger las limosnas para la fiesta. La víspera de san Gregorio tenía lugar la bajada del santo de la ermita al templo parroquial.

El día de la fiesta, a las nueve de la mañana, salía de la parroquia la imagen del santo acompañada procesionalmente por el pueblo, ayuntamiento y clero. Una vez en la Venta Blanca, la imagen hacía un pequeño descanso en un altar preparado para la ocasión. Tras unas oraciones continuaba su recorrido, ya fuera del pueblo, por el antiguo camino de san Gregorio, que discurría paralelo al camí Reial, hasta llegar a la ermita, donde se entraba la imagen.

Acabado este acto cantaban las rogativas, y los asistentes celebraban en el interior de la ermita la misa mayor con sermón. Finalizada la celebración litúrgica salía el sacerdote, y desde la puerta de la ermita bendecía el término para preservarlo de las plagas y otras calamidades. A continuación había un almuerzo, donde se disparaban tracas, y se cantaba alguna albada. Acabada la comida, la gente regresaba a su casa esperando haber recibido la protección del santo para sus cosechas.

Por los meses de agosto y septiembre, cuando los labradores llegaban a Torrent con los carros cargados de uva, algarrobas, y otras cosechas que habían recogido, aprovechaban el paso por la ermita para dar gracias al santo por la protección ofrecida, mediante frases tan sencillas como "gràcies sant Gregori", "gràcies per haver pogut arreplegar la collita", etc.

El culto colectivo a san Gregorio se perdió definitivamente en el año 1936 con el incendio y posterior derribo de su santuario. Finalizada la guerra, las circunstancias del campo no favorecieron que se demandara un restablecimiento del mismo.

6.3.4. San Isidro Labrador y san Pascual Bailón

La fiesta de san Isidro se celebró en Torrent durante el siglo XVIII a cargo de un clavario elegido anualmente entre el ayuntamiento y el rector. Sin embargo no hemos hallado ningún antecedente en la etapa barroca del culto en honor a san Pascual Bailón.

Nos consta que hacia mediados del siglo XIX ambas fiestas se celebraban por las intenciones de los devotos que contribuían. El culto a san Isidro se relacionaba con su patrocinio sobre la agricultura. En la tarde del 15 de mayo de 1853 se oficiaron primeras vísperas. El día 16 se celebró la fiesta al santo con una misa con sermón y tercia. Por la tarde salió la procesión general, todo ello "por los contribuyentes".

Un santo al que se le rendía especial culto era san Pascual Bailón, que fue adoptado como patrón de los ganaderos. El 21 de mayo de 1853 daban comienzo los actos de culto con las primeras vísperas. El día 22 se celebró la fiesta en su honor con la bajada del santo del convento de Monte-Sión a la parroquia de la Asunción, misa con sermón con el Señor expuesto, y tercia. Por la tarde se celebraron las segundas vísperas, pero no pudo verificarse la procesión general a consecuencia de la lluvia. La subida del santo se llevó a cabo el día 29 del mismo mes. Esta fiesta era celebrada "por los contribuyentes".

A partir de los años cuarenta dell siglo XX se encargó de la celebración del culto a estos santos la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos, rindiéndoles culto el mismo día. El semanario local Torre recoge el programa de esta fiesta del año 1955. El día 14 de mayo, tras los toques de mediodía y ángelus, se dio un volteo general de campanas y disparo de salvas, y a las diez de la noche gran pasacalle. El domingo día 15, al amanecer, nuevo volteo general de campanas y disparo de salvas anunciando la festividad del día. A las diez de la mañana, agricultores y ganaderos acompañados de un nutrido grupo de jóvenes vistiendo el traje de labradora valenciana, portando canastillas de flores y frutos, y presididos por el cabildo de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos, se personaron en el domicilio del ganadero Francisco Cervera Soriano, sito en la calle Padre Méndez, para acompañar la imagen de san Pascual Bailón hasta la calle Gómez Ferrer donde residía el agricultor Manuel Puchol Chuliá, y desde ahí acudieron hasta la parroquia de la Asunción. A las 11 horas se celebró misa mayor de primera clase con sermón, interpretándose por un coro la segunda pontifical del maestro Perossi. A las 13 horas se efectuó una visita al asilo de Santa Elena para ofrecer una comida a los ancianos acogidos en el establecimiento. Por la tarde, a las 21 horas tuvo lugar la procesión general por el itinerario de costumbre. La jornada festiva finalizó con el traslado de la imagen de san Pascual hasta la casa del ganadero que se encargaría de celebrar la fiesta el próximo año.

6.3.5. San José

Hacia mediados del siglo XIX todavía pervivía la devoción pública a san José, cuya fiesta también había dejado de ser patrocinada por los jurados, y se organizaba "por devotos que contribuyen". Por el libro del racional de 1853 sabemos que el 12 de junio se celebró la fiesta del patrocinio de san José con una misa con sermón y tercia, y por la tarde con las acostumbradas segundas vísperas y procesión general.

El culto a san José también gozaba de una devoción particular. El 1 de noviembre de 1853 se celebró "fiesta al patriarca san José con missa u sermón que predicó el señor rector, por intención de José Miquel".

Desde la década de los veinte del siglo XX se constata la existencia de una cofradía de san José, con la finalidad especial de rendir culto público a su titular. De este modo continuaron celebrándose cada año durante el mes de junio las fiestas en su honor, hasta que se extinguió la cofradía durante la década de los sesenta.

6.3.6. Santos Abdón y Senén

Según señala J. M. Iborra, es hacia mediados del siglo XIX cuando se observa en Torrent el paso del patronazgo oficial de san Luis Bertrán al de los santos Abdón y Senén. Por ello "el auge de la devoción a los Santos de la Piedra, observado a mediados del siglo XIX contrasta con la escasez de noticias en los siglos anteriores en que eran objeto de devoción privada por parte de una familia". Por estos años era costumbre tener el Santísimo Sacramento expuesto durnate la misa mayor y el sermón, según nos indica una solicitud presentada por el síndico del ayuntamiento al arzobispo de Valencia. Concretamente en el año 1853 se celebraron las fiestas a estos santos "patronos de esta villa" con gran solemnidad. El en la tarde del día 29 de julio se cantaron las primeras vísperas. El día 30 se celebró la fiesta por la mañana con una misa cantada por don Matías Sanz y sermón a cargo de don Pascual Guerrero, y con tercia. Por la tarde se oficiaron segundas vísperas y procesión general. Todos los actos se celebraron por intención del ayuntamiento.

El culto a este santo gozaba a demás con una devoción privada como lo demuestra la celebración de una fiesta con sermón a los Santos de la Piedra el 11 de septiembre, por intención de un devoto.

El ayuntamiento continuó organizando la fiesta a estos santos patronos de la localidad, con excepción de los años comprendidos entre la segunda república y la guerra civil.

6.3.7. San Roque

Hacia mediados del siglo XIX todavía continuaba celebrándose la fiesta de san Roque todos los años por intención de unos clavarios. Parece ser que existía la costumbre de conmemorar la solemnidad después de la octava de la Asunción, pues en el año 1853 se oficiaron los actos el 28 de agosto. Aunque siempre se celebraban en el convento, en ese año excepcionalmente se hicieron en la parroquia de la Asunción por decreto del señor provisor. Como era acostumbrado en las grandes solemnidades, se celebró la fiesta a san Roque con primeras y segundas vísperas, misa con orquesta y sermón, tercia, y procesión general.

Desde principios del siglo XX se tiene constancia oral de la existencia de una cofradía de san Roque, donde se hallaban inscritos hombres y mujeres. De entre los cofrades varones se elegían anualmente unos clavarios que se encargaban de organizar las fiestas. Pero la cofradía desapareció hacia los años sesenta por falta de clavarios.

6.3.8. Santo Tomás de Villanueva

Durante el siglo XIX todavía pervivía la tradición barroca de celebrar todos los años la fiesta en honor a este santo por intención de unos clavarios, aunque no conocemos ningún detalle sobre su designación. El día 21 de septiembre de 1853 se ofició una misa con sermón a cargo de don Pascual Guerrero, luego se cantó tercia, y por la tarde se celebró la procesión general. No nos han llegado noticias referentes a la celebración de esta fiesta durante el siglo XX, por lo que hemos de plantear la hipótesis de su desaparición por falta de clavarios que se ofrecieran para este fin.

6.3.9. San Luis Bertrán

Hacia mediados del siglo XIX se celebraban las fiestas a san Luis de una manera muy solemne, pagadas por el ayuntamiento en cumplimiento del voto del consell general. Por el libro del racional del año 1853 sabemos que la fiesta dio comienzo el día 22 de octubre con la bajada de la imagen de su ermita a la parroquia y con las primeras vísperas. Al día siguiente se celebró la fiesta a san Luis con misa y sermón por don Juan Bautista Martínez, tercia, segundas vísperas, y procesión general, todo ello por intención del ayuntamiento. A partir del día 23 comenzó un novenario, donde cada día se celebraba por una intención particular la tercia, misa, sermón con novena, y rosario.

Isidro Miquel Casanova narra de una forma más detallada como se celebraban estos festejos durante las dédadas centrales del siglo XIX "...trasladando el mismo Ayuntamiento al Santo en solemne procesión la víspera de la festividad a la parroquial iglesia, acompañado del clero, música y demás aparatos, y celebrada dicha función se queda el Santo en la parroquia, celebrándose suntuosos novenarios en la misma por nueve o más días todos los años, con misa y sermón a expensas de los fieles devotos; que con el mayor celo contribuyen y siempre se han distinguido en festejar a su glorioso copatrono de un modo especial y digno. Concluidos los novenarios el mismo Ayuntamiento como despedida de dicha festividad y en solemne procesión con asistencia del clero y acompañamiento del pueblo acompaña todos los años al Santo a su Ermita con música y demás aparatos terminando la función con fuegos artificiales y otras diversiones públicas".

La celebración de estos actos litúrgicos venía acompañada de una gran participación en actos festivos organizados a nivel popular.

"Además de esta diversión se hacían corridas de caballos, gallos de cuerda, palos de cucaña, piquetas, albadas por las noches, cantadas de ciegos y algunos años toros; de modo que era la semana más divertida que tenía Torrent pero con una armonía y sencillez encantadora. Ahora continua celebrandose tan sólo la fiesta y novenario en la iglesia y concluida se hace la subida del Santo a la Ermita".

Muestras del fuerte arraigo que ha tenido esta devoción en Torrent son el que el ayuntamiento decidiera acudir con su imagen a Valencia en 1855 con motivo de las fiestas centenarias de san Vicente Ferrer, y en el año 1867 a los actos de conmemoración del segundo centenario de la Virgen de los Desamparados. También los miembros del ayuntamiento revolucionario de 1868 decidieron mantener la fiesta y pagar de su propio peculio 500 reales por los fuegos artificiales de la fiesta de san Luis "para demostrar el patriotismo y liberal desinterés que debe distinguir a esta corporación de las anteriores". En este sentido conviene destacar la decisión tomada en el ayuntamiento en el año 1929, aportando 1.087 pesetas con destino a una capa bordada en oro para la imagen de san Luis.

Cuando en 1949 los agricultores crearon una cooperativa agrícola la titularon con la invocación de este santo dominico, por los muchos favores que había otorgado al campo torrentino. A partir de entonces esta entidad ha sido la encargada de celebrar las fiestas a su patrono, aunque se ha suprimido la procesión. Además de la conmemoración anual de la festividad, la memoria de los mayores recuerda algunas rogativas que se hicieron al santo en épocas de especial sequía para invocar las lluvias.

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