Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

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Capítulo II: La Configuración de una Cristiandad Barroca (Siglos XVII-XIX)

IV- OFICIOS PARROQUIALES REALIZADOS POR LAICOS

4.3- Capiscol

Como nos indican las constituciones del colegio de Corpus Christi de Valencia, redactadas por el arzobispo Ribera, "los Capiscoles han de servir de entonar, y regir el coro, como se acostumbra". Por el libro de deliberaciones deducimos que la plaza de capiscol de la parroquia de Torrent era ocupada por un laico por un periodo no determinado de años, cuyo nombre era propuesto por el rector previa designación del ayuntamiento como patrono de este empleo, para en su caso ser ratificado por el capítulo parroquial. De este modo se llevó a cabo el nombramiento de Manuel Nadal el 6 de marzo de 1808 al dejar la plaza Manuel Vera. Esta misma fuente también nos aporta algunas noticias acerca de las retribuciones del cargo. El salario quedaba fijado en setenta pesos anuales procedentes de las distribuciones votivas y amortizadas, y en caso de no alcanzar esta cantidad, se le completaría con fondos procedentes del cabo sueldo. Según la costumbre seguida hasta el momento, las retribuciones votivas se le pagarían al mes, y las amortizadas cada cuatro meses:

"...le señalavan setenta pezos anuales del votivo y amortizado; es a saber: todas las distribuciones votivas y del cepillo de las Almas. Y en quanto a amortizado, en las vísperas, Completas, y horas menores ygual proporción a un beneficiado. Quando se canten Maytines, Vísperas, Completas, y Laudes, una pesseta; de las missas de passión, un sueldo y seis dineros, deviendo salir todo lo amortizado de la figura de la Asumsión. Cuyas distribuciones las deve ganar con su assistencia, porque faltando a ellas, le servirán en parte de pago de las setenta libras, y quando no llegasen, se suplirán del cabo sueldo, y sobrando sean todos de él, con la obligación de asistir quando pueda a los aniversarios. Y la cobranza del votivo de mes a mes, y de lo amortizado por tercias de año".

El 6 de febrero del año 1821 José Catalá, oficial sastre, pidió al ayuntamiento la plaza de capiscol al hallarse vacante por renuncia de Jaime Martínez. El ayuntamiento aprobó su demanda "con la indispensable obligasión en el agraciado de asistir a la proseción del día de viernes santo, haciendo el coro de cantores a la imagen del santo Cristo", y presentó al clero parroquial el correspondiente oficio para que procediesen a su aceptación.

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