Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

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Charlas 2002-03: La Biblia: Tema IV: Libro de los Salmos, Oración

 

Los Salmos, oración de Israel y de la Iglesia cristiana

 

            “La importancia de la Sagrada Escritura en la celebración litúrgica es máxima. En efecto, de ella se toman las lecturas que se explican en la homilía, y los salmos que se cantan; las preces, oraciones y cantos litúrgicos están impregnados de su aliento y su inspiración; de ella reciben su significación las acciones y los signos.”

               (Concilio Vaticano II. Const. Sacrosanctum Concilium, núm. 24)

 

Oramos

         A la hora de preparar la oración, ten en cuenta las indicaciones de la página 15

 

Monitor.- El libro de los Salmos recoge 150 de ellos. Son cantos que el pueblo de Israel compuso, sobre todo para proclamar que el Señor “había estado grande” con ellos. En realidad son oraciones que a lo largo de generaciones fueron recogiendo alabanzas, plegarias, acciones de gracias de los israelitas hacia el Dios de la alianza.

            La Iglesia, pronto, hizo del Salterio oración cristiana, pues descubrió que todo lo que en ellos se recogía, todo apunta a Jesucristo. El mismo Jesucristo como judío los utilizó en su vida de oración, por eso el Oficio Divino, es la oración oficial de la iglesia, la iglesia como nuevo pueblo de Dios ora con Cristo, y le presta su voz para  a todas las horas del día en todos los lugares de la tierra, siga intercediendo al Padre.

  Por esa razón,  esta oración en donde los salmos ocupan un lugar prioritario, debemos aprender a hacerla nuestra, para ello es necesario conocer mejor el significado, el lenguaje de los salmos.

           

Vamos a proclamar en la oración de este tema uno de los primeros salmos que la Iglesia proclama en el Oficio divino, exactamente es el segundo salmo que se reza en la Primeras Vísperas del Domingo de la primera semana, de las cuatro en que distribuye la Iglesia el Salterio en su oración oficial. En dicho salmo el autor proclama al Señor como su “refugio en el país de la vida”. Os animamos a que forméis dos coros y alternativamente recéis cada una de las estrofas, al final para actualizar el salmo proclamaremos el Gloria a Dios.

            Este salmo es la oración de un hombre perseguido y abandonado, pero que confía en que Dios le salvará. Es una plegaria muy apropiada para empezar la reunión,  ya que podemos ver a Jesucristo el abandonado por todos en Getsemaní, el que no encontró a nadie que orara con él, que le hiciera caso, que mirara por su vida, rezando a nuestro lado. Nosotros el pueblo de Jesús, muchas veces también nos encontramos sin ganas, abandonados, superados por los problemas... pero mirándo a Cristo resucitado,  pedimos fe para que en medio de las dificultades nuestra reunión sea encuentro en comunidad con el que puede levantarnos del abismo.

A dos coros.-

SALMO 141

Tú eres mi refugio

 


 

1- A voz en grito clamo al Señor,

a voz en grito suplico al Señor;

desahogo ante él mis afanes,

expongo ante él mi angustia,

mientras me va faltando el aliento.

 

2- Pero tú conoces mis senderos

y que en el camino por donde avanzo,  me han escondido una trampa.

 

1- Mira a la derecha, fíjate:

nadie me hace caso;

no tengo adónde huir,

nadie mira por mi vida.

 

2- A ti grito, Señor;

te digo: “Tú eres mi refugio

y mi lote en el país de la vida.”

 

1- Atiende a mis clamores,

que estoy agotado;

líbrame de mis perseguidores,

que son más fuertes que yo.

 

2- Sácame de la prisión,

y daré gracias a tu nombre:

me rodearán los justos

cuando me devuelvas tu favor.

 

1-   Gloria al Padre.....

2- Como era en el principio...


 

 

Monitor.-  Invoquemos confiados a Cristo, fuerza y sabiduría de Dios, y con gozo digámosle:

            SEÑOR, TU ERES MI REFUGIO EN EL PAÍS DE LA VIDA

 

Te pedimos, Señor, que sepamos aclamar tu nombre, que sepamos alabar tu gloria, que sepamos acudir a Ti con fe y esperanza, para aprender a manifestarte en el amor a los hermanos.

            SEÑOR, TU ERES MI REFUGIO EN EL PAÍS DE LA VIDA

 

Te damos gracias, señor, por estar a nuestro lado, por estar con tu Iglesia en su peregrinar por el mundo.

            SEÑOR, TU ERES MI REFUGIO EN EL PAÍS DE LA VIDA

 

Te pedimos perdón, Señor, por no expresar públicamente nuestro agradecimiento, por lo “grande que continuamente estás con nosotros”.

            SEÑOR, TU ERES MI REFUGIO EN EL PAÍS DE LA VIDA

 

(A  continuación se reza voluntaria y espontáneamente)

 

Monitor.-  Terminemos este breve momento de oración proclamando:

 

PADRE NUESTRO

 

 

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