Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

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Área de Adultos: Acción Católica

 

II. LA PARROQUIA QUE QUIERE PROMOVER LA ACCIÓN CATÓLICA GENERAL.   

 

1. Parroquia, Comunidad Discípula del Señor                                                                        

 

2. Parroquia, Comunidad Eucarística y Orante                                                                      

 

3. Parroquia, Comunidad Unida                                                                                             

 

4. Parroquia, Comunidad Corresponsable                                                                              

 

5. Parroquia, Comunidad Samaritana                                                                                     

 

6. Parroquia, Comunidad Misionera                                                                                       

 

7. Un decálogo como resumen                                                                                               

 

 II.- LA PARROQUIA QUE QUIERE PROMOVER

LA ACCIÓN CATÓLICA GENERAL

 

 

"Alentamos a los sacerdotes a apoyar y acompañar la promoción de la Acción Católica General, que deberá estimular los esfuerzos de la Parroquia a fin de:

* impulsar la evangelización de los ámbitos en que está inmersa la parroquia;

* impulsar un laicado adulto, evangelizador, militante; y

* contribuir a la unidad de la comunidad parroquial en la misión y a la corresponsabilidad de todos sus miembros" [[1]]

 

En esta clave nos situamos en la ACG a la hora de diseñar el estilo de parroquia que queremos impulsar. No se trata de una parroquia "propia, exclusiva", de la ACG. Queremos implicarnos en la edificación de la parroquia como comunidad cristiana que refleje la vida, el estilo, el compromiso derivados del modelo que se deduce de la contemplación del modo de proceder de Jesús y de la Iglesia del Nuevo Testamento. Una parroquia que, por otra parte, responda a su misión de evangelizar hoy y aquí.

 

Estas son las características que creemos fundamentales en un parroquia evangelizadora de hoy y para el tiempo actual.

 

1.         PARROQUIA, COMUNIDAD DISCÍPULA DEL SEÑOR

 

Los cristianos nacemos, como tales, en el bautismo. En él somos santificados y hechos miembros de la Iglesia. De él surge el derecho y el deber de todo cristiano de participar en la vida y misión de la Iglesia. Esta misión se concreta y se realiza en una Iglesia Local y, dentro de ella, normalmente en una parroquia.

 

La misión de la parroquia no es otra que la de la Iglesia de la que es una parte, dentro de una Iglesia Local: anunciar el amor del Padre revelado en Jesús con la fuerza del Espíritu Santo para hacer presente en este mundo el Reino de Dios.

 

Esto supone que la parroquia ha de vivir lo que anuncia. Anunciar a Jesús requiere que ésta viva a Jesús y de Jesús en lo profundo de su ser. Debe convertirse, por tanto, en contemplativa, oyente, seguidora de Jesús, si quiere ser mensajera creíble de la persona y del mensaje que está llamada a anunciar. Esta cualidad de la parroquia pide que en ella se viva permanentemente:

* la atención personalizada a los cristianos para posibilitar y asegurar su adhesión a Cristo, como fundamento imprescindible para su compromiso en la evangelización unido a los demás hermanos en la fe.

* la contemplación de la persona de Jesús. Para que Él sea el criterio fundante de su vida, de su actuación y de su revisión constante.

* la contemplación de Jesús desde la escucha obediente de la Palabra de Dios en la que Él se presenta y nos habla.

* la atención a todo lo que sucede en su entorno y en el entorno general de la sociedad con la mirada misericordiosa del Padre para responder a la realidad que descubra con el estilo propio de Jesús. Mirada creyente de la sociedad, del mundo, porque en ellos actúa Dios. Son "lugar teológico", en el que Dios se manifiesta.

* la revisión de su acción y de sus obras para detectar si se rigen por criterios evangélicos o si reflejan los modos de actuar de una sociedad competitiva o prepotente.

* una formación teológica y espiritual centrada en la persona de Jesús y que distinga claramente lo esencial del mensaje cristiano de adherencias pasajeras o no significativas para la persona de hoy. Una formación que parta de la realidad en la que vivimos para que se dé la necesaria interactuación fe y vida. Una formación permanente de los grupos o comunidades que la constituyen como comunidad activa y encarnada en la realidad.

 

2.         PARROQUIA, COMUNIDAD EUCARÍSTICA Y ORANTE

 

Ser Iglesia es fruto de una experiencia de fe, de adhesión total a la persona de Cristo en quien se revela el amor del Padre y la presencia actuante del Espíritu. No se puede comunicar esa experiencia si no se la actualiza constantemente. Esta experiencia se alimenta y se vive en la oración y, sobre todo, en la Eucaristía. Sin esta actualización permanente, el compromiso, la acción evangelizadora se vacía poco a poco.

 

La Eucaristía es el centro de la vida de la Iglesia. De ella vive y ella “encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia” [[2]]. Por eso, “es el lugar privilegiado donde la comunión es anunciada y cultivada constantemente” [[3]]. La parroquia, como parte de una Iglesia Local, nace y vive y se expresa en la Eucaristía: “La parroquia está fundada sobre una realidad teológica, porque es una comunidad eucarística. Esto significa que es una comunidad idónea para celebrar la Eucaristía, en la que están las raíces vivas de su edificarse y el vínculo sacramental de su ser en plena comunión con toda la iglesia”. [[4]]

 

El riesgo de la acción por la acción, de la organización por la organización, de las obras por las obras se supera y se centra realmente cuando la parroquia, por tanto:

* vive la Eucaristía como expresión de su ser, como centro de su vida y como envío de sus miembros al mundo. La Eucaristía es el signo total y el alimento de la comunidad parroquial, de su compromiso y de la corresponsabilidad de todos sus miembros desde la comunión.

* remite sin descanso a la persona y actuación de Jesús a quien sigue y anuncia, como revelación definitiva del amor del Padre a sus hijos.

* celebra los misterios de Cristo con hondura creyente, con preparación detenida, potenciando la participación de todos, en un clima esperanzador y festivo. Celebraciones que, desde la acción de gracias al Padre por su actuación en la historia, traigan la vida a la comunidad orante, la celebren como don de Dios y envíen de nuevo a la vida según el Plan de Dios.

* hace de la oración, encuentro con el Señor, una realidad y acción esenciales, nunca un añadido superficial, de toda acción que se emprenda para la evangelización. Encuentros especiales de oración en momentos significativos del Año Litúrgico o ante realidades gozosas, necesidades y problemas que merezcan o necesiten el encuentro comunitario con el Señor para la acción de gracias o para el compromiso.

* inicia seriamente a la oración tanto personal como comunitaria y a la relación necesaria entre las dos. Oración como escucha atenta de la Palabra y del Espíritu. Oración abierta a las necesidades e ilusiones de la Iglesia, del mundo, de la parroquia y de las personas concretas.

 

3.  PARROQUIA, COMUNIDAD UNIDA

 

La comunión en la Iglesia no es un añadido optativo. Pertenece a su esencia: "la comunión... encarna y manifiesta la esencia misma del misterio de la Iglesia" [[5]]. La Iglesia es y se realiza como tal en la comunión vivida y anunciada. Por eso, la negación de la comunión imposibilita su acción evangelizadora. Sólo en comunión podrá ser significativa ante un mundo que sufre división y diferencias humillantes e injustas.

 

La parroquia, como experiencia de Iglesia más cercana a las personas, debe vivir esta comunión de una manera clara y visible. Para ello:

* debe crear, mantener y potenciar vínculos, espacios y momentos de real comunicación y diálogo entre los diferentes grupos cristianos que viven y trabajan en ella. Los diferentes carismas y servicios deben complementarse en el compartir experiencias de fe y de vida y en la ayuda mutua para evangelizar no sólo mejor sino, sobre todo, de una manera coherente con el Evangelio.

* ha de proponer objetivos pastorales en los que todos los grupos se impliquen desde su elaboración, seguimiento y revisión.

* no ha de equiparar comunión y uniformidad. La comunión une los diferentes carismas que el Espíritu regala para el bien común. La uniformidad niega los diversos dones que el Espíritu, en su libertad, concede a la Iglesia y a los cristianos. "La unidad de la Iglesia no es uniformidad, sino integración orgánica de las legítimas diversidades" [[6]].

* ha de apoyar la existencia en su interior de diferentes grupos de laicos que acepten estos criterios eclesiales: santidad de vida, confesión y celebración de la fe, comunión eclesial, fin apostólico de la Iglesia, solidaridad con los pobres y pobreza evangélica, presencia pública y protagonismo seglar [[7]].

 

4.         PARROQUIA, COMUNIDAD CORRESPONSABLE

 

La Iglesia es el Pueblo de Dios cuya "identidad... es la dignidad y la libertad de los hijos de Dios, en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como en un templo. Su ley es el mandamiento nuevo: amar como el mismo Cristo nos amó. Su destino es el Reino de Dios, que Él mismo comenzó en este mundo, que ha de ser extendido hasta que Él mismo lo lleve también a su perfección, cuando se manifieste Cristo, nuestra Vida., [[8]]. Todos los miembros de la Iglesia hemos recibido el mismo don y la misma misión. Por tanto, todos somos responsables con los demás miembros de ese don y de esa misión. Con diferentes tareas, pero con la misma responsabilidad. Corresponsabilidad real en la Iglesia es el modo concreto de llevar a cabo el encargo recibido por la Iglesia como tal.

 

En la parroquia ha de ejercerse esa corresponsabilidad y concretarse de modo que en ella:

* se fomente la actuación real y efectiva de todos sus miembros mediante la aceptación interior de cada miembro de la actitud de corresponsabilidad, la llamada y el recuerdo constantes de ella, la distribución confiada de tareas a sus diferentes miembros, elevando progresivamente la encomienda de misiones. Es decir, la pedagogía responsabilizadora es el modo habitual de edificar una comunidad cristiana adulta en la fe y en la misión.

* se cree el Consejo Pastoral Parroquial, como medio que haga visible y operante la comunión, el diálogo y la corresponsabilidad de todos los grupos y Movimientos existentes en la parroquia. Así mismo, en diferentes momentos establecidos o extraordinarios, la parroquia se reúne en Asamblea Parroquial general.

* se reconozca, sin ninguna reticencia, la misión insustituible de un laicado organizado tanto para las tareas intraeclesiales como para la presencia en el mundo y la transformación de las realidades temporales. Porque la Iglesia no está verdaderamente formada, ni vive plenamente, ni es representación perfecta de Cristo entre las gentes, mientras no exista y trabaje con la jerarquía un laicado propiamente dicho. Porque el Evangelio no puede penetrar profundamente en las conciencias, en la vida y en el trabajo del pueblo sin la presencia activa de los seglares. Por tanto, desde la fundación de la Iglesia hay que atender sobre todo a la constitución de un laicado maduro" [[9]].

* se forme la conciencia de la responsabilidad de todos en el sostenimiento económico de la parroquia y de la Diócesis. El Consejo Parroquia] de Economía atiende este aspecto de la vida eclesial.

 

5.         PARROQUIA, COMUNIDAD SAMARITANA

 

"Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón... La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia" [[10]].

 

Estas palabras nos recuerdan las de Cristo que dice al maestro de la ley: "Vete y haz tú lo mismo", refiriéndose al samaritano "que tuvo compasión" del herido por los salteadores [[11]].

Al pertenecer esta actitud hecha actuación al ser y misión de la Iglesia y de todo cristiano, la parroquia ha de ser realmente una comunidad samaritana que:

* esté permanente y profundamente atenta a las necesidades y problemas de las personas y de los colectivos humanos. Sea sensible y esté comprometida con la vida de los pobres y marginados. Atención puesta con entrañas de misericordia, con acogida sin condiciones y sin límites, aceptando la incomprensión y el rechazo cuando sirva a personas o grupos no "correctos" según las normas y el orden social establecido...

* viva en la sencillez y desprendimiento del que "no tiene donde reclinar la cabeza' [[12]], no tiene "donde caerse muerto". Porque debe buscar "ante todo el reino de Dios y lo que es propio de él" con la convicción viva de que "Dios os dará lo demás" [[13]].

* eduque, por tanto, a todos sus miembros en la fraternidad, en la solidaridad, en la austeridad de vida, en "la más excelsa de todas las cosas, el amor" [[14]], que se pone "al nivel de los sencillos" [[15]], que no puede ser "una farsa" [[16]].

* ejerza la denuncia de todo lo que oprime a la persona humana en su vida y en su espíritu y anuncie, desde el compromiso, lo nuevo que está brotando [[17]] y “la esperanza que no engaña”[[18]].

* tenga en su seno, activa y evangélicamente organizada, la atención a los pobres y socialmente marginados. En ella está presente CÁRITAS que, como voz de toda la parroquia, acoge y comparte, sensibiliza ante las personas con cualquier clase de olvido social, anima la denuncia profética implicando a todos los cristianos de la comunidad.

* acerque a su vida y a su entorno la realidad inhumana y olvidada de los pobres de los llamados todavía Tercer y Cuarto Mundos.

 

6.         PARROQUIA, COMUNIDAD MISIONERA

 

“La Iglesia ha nacido con el fin de que, por la propagación del Reino de Cristo en toda la tierra para gloria de Dios Padre, haga a todos los hombres partícipes de la redención salvadora, y por su medio se ordene realmente todo el mundo hacia Cristo... la vocación cristiana, por su misma naturaleza, es también vocación al apostolado” [[19]].

 

El Concilio recoge así la actitud de Jesús que "deja las noventa y nueve en el desierto y se va a buscar a la descarriada hasta que la encuentra" [[20]] y que tiene "otras ovejas que no están en este redil" y tiene que "atraerlas" para que escuchen su voz [[21]].

La Iglesia es para evangelizar. Su fidelidad al Señor, que ha de renovar y revisar constantemente, es para la evangelización. La Iglesia no es para sí misma, no se puede encerrar en su interior, ni mucho menos en la búsqueda de un prestigio social. Su misión es salir "a los cruces de los caminos" y convidar "a la boda a todos los que encontréis... malos y buenos" hasta que "la sala se llene de invitados" [[22]].

 

Desde estos presupuestos constitutivos de la misión de la Iglesia, la parroquia ha de perseguir incansablemente:

* despertar y animar la conciencia misionera en todos sus miembros. Nadie es cristiano para sí mismo sino "para el bien común", de todos [[23]], "para dar razón de su esperanza" a todos [[24]].

* potenciar especialmente esta conciencia en los laicos, llamarlos al apostolado organizado, porque "a los laicos, hombres y mujeres, por razón de su condición y misión, les atañen particularmente ciertas cosas, cuyos fundamentos han de ser considerados con mayor cuidado a causa de las especiales circunstancias de nuestro tiempo" [[25]]. Estas "cosas particulares", esta "particular y propia vocación" no son otras que "tratar de obtener el reino de Dios gestionando los asuntos temporales y ordenándolos según Dios... Allí están llamados por Dios, para que, desempeñando su propia profesión guiados por el espíritu evangélico, contribuyan a la santificación del mundo como desde dentro, a modo de fermento" [[26]].

* llamar de modo permanente a la coherencia personal de cada cristiano entre la fe y su vida sin separar la una de la otra. El testimonio de vida como consecuencia del don recibido y como medio evangelizador primero y fundamental [[27]]. La incoherencia de vida de los cristianos, "los defectos de su vida religiosa, moral y social, han velado más bien que revelado el genuino rostro de Dios y de la religión" [[28]].

* convocar y entusiasmar por el compromiso organizado de todos los grupos, Movimientos o pequeñas comunidades existentes en la parroquia. Compromiso que debe englobar en su planteamiento y realización una apertura a la vida del barrio o del pueblo, un análisis de las situaciones y problemática de la vida humana, social, política, religiosa de su entorno, una lectura creyente de la realidad.

* atender y realizar, en la medida de sus posibilidades, un diálogo con la indiferencia religiosa o la increencia; provocar con su actuación el interés o la reacción positiva de las personas sometidas inconscientemente al ambiente de indiferencia ante el hecho religioso [[29]].

* desarrollar la dimensión social y política de la fe especialmente en los laicos [[30]]."La participación de los laicos en la vida de la comunidad eclesial y su acción evangelizadora en la sociedad civil no son responsabilidades paralelas y acciones separables ni contrapuestas" [[31]]. La parroquia debe favorecer esta dimensión de la fe impulsando la proyección personal y de los grupos cristianos hacia el compromiso en la vida pública en el que debe acompañarles, nunca abandonar, atendiéndolos especialmente en las dificultades propias de la vida militante comprometida.

* concretar este compromiso social promoviendo y alentando los Movimientos Apostólicos con proyección social, con la viva conciencia de que ese compromiso forma parte de la evangelización. Es la Iglesia evangelizando en medio del  mundo; de la misma manera que evangeliza cuando atiende a las necesidades pastorales internas. En este sentido es importante el fomento de los Movimientos Especializados en ambientes concretos: familiar, obrero, estudiantil, rural, profesional, de enfermos y minusválidos... tanto de Acción Católica como de otras asociaciones eclesiales comprometidas en el mundo.

* hacerse presente en plataformas civiles y en los medios de comunicación social para ofrecer un juicio y actuación desde la perspectiva del Evangelio y de la Iglesia.

 

7.         UN DECÁLOGO COMO RESUMEN

 

Los seis aspectos detallados, ni exclusivos ni excluyentes de otros, los concretamos en esta especie de decálogo orientador, que pretende resumir la mentalidad eclesial que pide esta orientación de la parroquia:

* La parroquia forma parte de la Diócesis, no es dominio feudal de nadie ni autónoma en su actuación.

* Es comunidad de discípulos seguidores de Jesús, no una estación de servicios.

*Ha de estar siempre en actitud efectiva de conversión permanente, personal y comunitaria; no es un lugar de instalación ni refugio de temerosos.

*Es comunidad de comunidades vivas y responsables; no masa amorfa e impersonal.

*Es obra de la comunión entre todos sus miembros, no del clericalismo

*Su pastoral está dirigida a la misión y a la evangelización; no es taller de mantenimiento.

*Se constituye como familia abierta a la realidad social; no en un gheto cerrado y aislado de la vida.

*Se edifica con la corresponsabilidad activa y consciente de los laicos, no sobre la exclusiva dependencia presbiteral.

* Vive de la confianza en el Espíritu y no está dominada por el miedo, la resignación, la inhibición o la inercia.

* Es la comunidad en que se vive las Bienaventuranzas, no una institución de privilegios, poderes o prestigio.

 

 

PARA TRABAJAR ESTE CAPÍTULO

 

1. VALORACIÓN DEL CONTENIDO.

2. CÓMO VIVIMOS LO -QUE NOS PLANTEA-PROPONE EL DOCUMENTO, EN ESTÉ CAPÍTULO.

3. POR DÓNDE HEMOS DE AVANZAR.

4. OUÉ PASOS PODEMOS DAR.

 


 


 

[1] CLIM. 126

[2] Juan Pablo II. Enc. ECCLESIA DE EUCHARISTIA, 1

[3] Juan Pablo II, Carta Apost. NOVO MILLENNIO INEUNTE, 36

[4] ChL 26

[5] NMI. 42b

[6] NMI. 46

[7] CLIM. 99

[8] LG. 9b

[9] Ad Gentes. 21

[10] GS. 1

[11] Lc. 10, 25-37

[12] Lc. 9, 58

[13] Mt. 6, 33

[14] 1 Cor. 13, 13

[15] Rom. 12, 16

[16] Rom. 12, 9

[17] Is 43, 19

[18] Rom. 5, 5

[19] AA. 2

[20] Lc. 15, 4

[21] Jn. 10, 19

[22] Mt. 22, 9-10

[23] 1 Cor. 12, 7

[24] 1 Ped. 3, 15

[25] LG 30

[26] LG 31

[27] EN 41

[28] GS 19c

[29] EN 52

[30] EN 70

[31] CLIM 28

 

 

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